DUBLIN
El juicio contra Sean Hoey, un electricista de 37 años residente en el Sur de Armagh acusado por su participación en la explosión de Omagh que costó la vida a 29 personas en agosto de 1998, se inició ayer en Belfast. Hoey es la primera persona juzgada por este caso en el norte de Irlanda y la acusación asegura que demostrará su participación en una serie de explosiones de las que se responsabiliza a la organización disidente republicana Real IRA a través de muestras de ADN.
Por su parte, la defensa de Hoey declaró la inocencia del acusado en los 58 cargos.
En sus declaraciones iniciales, el fiscal Gordon Kerr explicó que su acusación se basará en las pruebas forenses que determinan que todos los artefactos con los que se relaciona a Hoey presentaban los mismos temporizadores, lo cual hace suponer que fueron fabricados por la misma persona. El fiscal afirma que existe evidencia que permite relacionar este particular temporizador con su período de construcción y que ello demostrará los vínculos de los artefactos y del acusado con la bomba que explosionó en Omagh y otras acciones contra estaciones de policía y bases del ejército.
Kerr aseguró que en sus avisos antes de la explosión, el Real IRA situó la bomba en la cercanía de los juzgados, lo que habría hecho que durante el desalojo del área las personas presentes fueran desplazadas hacia el lugar donde realmente se encontraba el coche bomba.
El caso, que debería haberse iniciado a principios de mes, fue retrasado por enfermedad de uno de los abogados.
Familiares de los fallecidos estaban presentes en la sala del tribunal. Otros se reunieron en Omagh para seguir el procedimiento a través de un circuito cerrado de televisión que estará disponible durante los tres meses del juicio.