Los amantes clandestinos
De entre los nuevos cineastas coreanos que animan los festivales internacionales, Im Sang-soo es el más comprometido políticamente. En su anterior “The President’s Last Bang” abordaba el impacto causado en la historia reciente de Corea del Sur por el asesinato del dictador Park Jung-hi, e incluso en “La mujer del abogado”, ya editada en DVD, recogía la incidencia en la memoria colectiva de los hallazgos de fosas comunes relacionadas con los crímenes de guerra. En su nueva realización el acontecimiento clave del que parte es la masacre de Gwangju, ocurrida en mayo de 1980, y que se saldó con más de dos centenares de muertos, principalmente estudiantes y sindicalistas. Contó con el respaldo de los EE.UU. y, tal como se ve en una imagen de archivo insertada en la película, Ronald Reagan recibió en la Casa Blanca al nuevo dictador Chun Doo-hwan.
La represión que siguió fue brutal y cualquier opositor era condenado bajo la acusación de ser un espía comunista norcoreano. Uno de esos activistas de izquierdas sometidos a persecución es el protagonista del filme “Orae doin jung won” (El viejo jardín).
Im Sang-soo aplica aquí su impecable estilo visual a un dolorosa y catárquica revisitación de aquellos convulsos años 80 vividos en la clandestinidad, hecha desde los tiempos actuales del boom capitalista coreano. A su salida de la cárcel, el militante amnistiado rememorará el breve romance que compartió con la mujer que le escondió en su casa, cuando tuvo que elegir entre la lucha contra la dictadura y la posibilidad de un refugio seguro en brazos de su amada. -
Mikel INSAUSTI