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Gara > Idatzia > Ekonomia 2006-10-01
Rafa DIEZ | Secretario general de LAB
«Es indudable que LAB se ha convertido en sujeto para el cambio político y sociolaboral»
LAB, a juicio Rafa Díez, se ha convertido «en sujeto de cambio político y sociolaboral». Espera crecer en las elecciones sindicales y considera que un acuerdo sindical en Hego Euskal Herria se tiene que construir en base al respeto del marco vasco de relaciones laborales. Lamenta el papel sumiso de la Administración con las multinacionales en vez de defender a los trabajadores.

Las elecciones sindicales, la negociación colectiva y los acuerdos intersindicales son elementos que Rafa Díez destaca en la entrevista con GARA para este nuevo inicio de curso sociolaboral.

­¿Con qué perspectivas parte en las elecciones sindicales?

Las afrontamos con confianza y esperanzados en seguir creciendo. Nuestra credibilidad en los centros de trabajo y en la sociedad pivota en el trabajo diario en la negociación colectiva, en la acción sindical, en esa rebeldía y resistencia, en la defensa de los derechos ante agresiones y privatizaciones Hoy es una realidad palpable que LAB se ha convertido en un sujeto para el cambio político y social. Hemos estado siempre en la vanguardia de la defensa de Euskal Herria, del derecho de los presos, del impulso del euskara, de la igualdad de la mujer...

­¿Es protagonista LAB de la vida en Euskal Herria?

Nos presentamos a las elecciones como lo que hemos sido, somos y seremos. En el movimiento sindical, LAB ha sido vanguardia de lo que tiene que ser el sindicalismo de confrontación, coherente, de clase, y también de lo que debe ser la implicación en un proceso social y político. Nada hubiera sido igual sin LAB, y no se podrían entender muchos cambios en el sindicalismo vasco sin nuestra participación.

­¿Qué evolución ha tenido?

Hemos crecido de manera progresiva, a pesar de zancadillas, marginaciones y agresiones. Siempre hemos tenido el viento de proa, otras organizaciones han contado con mucho viento de popa. Nuestros más de 39.000 afiliados y más de 4.000 delegados en Hego Euskal Herria , y el 10% de representatividad en Ipar Euskal Herria, nos convierten en el único sindicato nacional vasco y lo hemos sacado a pulso. LAB es una alternativa seria, sólida y en funcionamiento, con principios muy claros como sindicato solidario y de clase, con planteamientos estratégicos muy definidos de independencia y socialismo, y con una gran voluntad de seguir siendo un instrumento eficaz para los trabajadores en la batalla diaria en las empresas y en la lucha en lo social y en lo político.

­¿Qué futuro proyecta?

Seremos una organización con una influencia creciente, tanto en lo cuantitativo como en incidencia social. El valor añadido de la intervención de LAB va bastante más allá de su propia representatividad. Estamos convencidos de que tanto en la empresa pública, en la privada, en el sector industrial, en el de servicios, LAB es un proyecto en alza. Queremos que los abertzales y de izquierdas sean copartícipes del proyecto, que trabajen con nosotros en esa realidad cotidiana, en el impulso de clase, que trabajen con nosotros por un futuro de cambio, por eso el lema de «Hator Gorrira LABekin».

­¿Cómo se presenta la negociación colectiva para 2007?

En primer lugar, para salir de algunos tópicos e imágenes inadecuadas, la negociación colectiva hay que entenderla como una lucha de poder e intereses entre las partes. La patronal siempre la entiende así. Cuando abordamos la negociación colectiva hay que identificar la situación en la empresa, generar un diagnóstico adecuado, plantear revindicaciones adecuadas, establecer una estrategia de acción social. Hay que entenderla como un pulso, con una premisa clave: sin un proceso de lucha y sin presión social, no hay un buen convenio. Si no entendemos que esa es la máxima sobre la cual edificar un proceso de negociación colectiva, bien en la empresa, en el sector o en la dinámica intersectorial, creo que abordamos ese proceso en una situación de debilidad y de inferioridad. La imagen de que en muchas ocasiones la negociación colectiva es la resultante de una cierta habilidad negociadora del sindicato y comité de turno es algo que se debe neutralizar de cuajo, porque, por lo demás, nos encontramos siempre en situación de inferioridad.

­¿Cuáles son las demandas para 2007?

En un contexto económico con beneficios empresariales récord; con precariedad récord, quince puntos superior a la media europea; con una patronal arrogante, prepotente y cómoda, creemos que se está haciendo mucho sobre el crecimiento económico pero está yendo a las manos de los empresarios. Desde luego, no se está abordando una estrategia de reparto de riqueza, ni en las políticas de las administraciones ni en las posiciones de los empresarios. Otra referencia básica será la precariedad. Porque, además de ser un instrumento que crea inestabilidad en el empleo y dependencia del trabajador con el empresario de turno, es un instrumento de beneficio, porque se contrata de forma barata.

­¿Confrontarán?

Tenemos que confrontar ante las terapias y recetas que nos plantean la patronal en estos últimos días de moderación salarial; no reducción de la jornada de trabajo y una mayor flexibilidad. La receta que debemos plantear desde el sindicalismo tiene que ser de incrementos salariales por encima del nivel del coste de la vida, que signifiquen un reparto de los beneficios empresariales, y la eliminación de la precariedad y flexibilidad laboral. Tenemos que abordar una negociación colectiva integral: empresa, sector e intersectorial.

­¿Cómo se superan los actuales niveles de división sindical?

La actual división sindical tiene una serie de razones, fundamentalmente descansa en la no convergencia reivindicativa y de estrategias a desarrollar en la acción sindical. La unidad no puede ser un fin en si mismo. Tenemos que trabajar en la acumulación de fuerzas, con objetivos claros, estrategias mancomunadas y al margen de intereses específicos de cada central. Queremos aportar nuestra disposición a superar el nivel de división sindical, porque consideramos que la misma favorece a la patronal.

­¿El acuerdo sindical en materia de euskara permitiría abrir ese proceso en otros campos?

No deberíamos hacer extrapolaciones lineales de la foto de la semana pasada. Fue positivo y excepcional. Digo esto es porque para abordar otro tipo de temáticas sindicales y sociales lo que hay que establecer son una serie de reglas de juego muy claras y concretas. Muchas veces se habla de la necesidad del diálogo social, pero en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y en Nafarroa tiene que estar pivotado en reglas de juego muy claras por parte de todos los sindicatos, porque sabemos que la patronal siempre va a estar en posiciones distintas.

­¿Qué quiere decir?

Me remito a ejemplos que, de una u otra manera, contestan a este planteamiento. No podemos hablar de construir un diálogo social cuando por ejemplo en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa llegamos a un acuerdo interprofesional sobre formación continua Hobetuz entre todos los sindicatos, patronal y Gobierno, pero CCOO y UGT y Confebask han laminado ese acuerdo desde Madrid y han decidido liquidar Hobetuz. No podemos hablar de diálogo social, a modo de ejemplo, si el acuerdo intersectorial, la última foto de todos los sindicatos, en materia de empleo, en el que el elemento más emblemático era el contrato de relevo, que posibilitaba la jubilación a los 60 años y la entrada de personal joven en la empresa ha sido laminado por la última reforma que han firmado CCOO, UGT y CEOE. En esa reforma hay que hablar muy claro, al trabajador que tiene 60 años se le va decir que hasta los 61 no pueden acceder al contrato de relevo. CCOO y UGT y CEOE son los culpables de que miles trabajadores en Hego Euskal Herria no puedan abordar hasta los 61 años el contrato de relevo. No puede ser que en Nafarroa se trate de un diálogo social blindado, CCOO, UGT, CEN y Gobierno al margen del resto.

­¿Sobre qué se debe fijar ese acuerdo global?

La referencia tiene que ser el marco vasco de relaciones laborales y el respeto a las mayorías. Si no hay un compromiso de todos los agentes sindicales, incluidos CCOO y UGT, para asumir el acuerdo del marco vasco y defenderlo, evidentemente, las reglas de juego no existen.

­¿Es optimista de cara a dar pasos en esa dirección?

Creo que CCOO y UGT, Confebask y CEN tiene que hacer una reflexión de fondo. Cuando aquí se habla del debate político del respeto al derecho a decidir como principio democrático para construir un futuro de paz y democracia en Euskal Herria, eso también hay que trasladarlo al ámbito económico y sociolaboral. Queremos tener derecho a decidir para abordar las políticas de empleo, laboralesŠ No queremos ser un espacio subsidiario de diálogo social en Madrid. Por lo tanto, tienen que hacer esa reflexión. Si no la hacen, y siguen pretendiendo jugar para sus intereses en dos campos de fútbol, en Madrid o en Iruñea y Gasteiz, desde luego nunca será posible abordar una relación intersindical, un diálogo social eficaz y de futuro.

­¿Mejorarían las condiciones laborales con el marco vasco?

Cuando hablamos de abordar ese derecho a decidir en cuestiones económicas y sociolaborales de Euskal Herria lo hacemos desde el convencimiento que eso sería favorable en medidas de empleo y sociales para los trabajadores de Hego Euskal Herria. Vamos a seguir interpelando a CCOO, UGT y la patronal para que acepten un principio democrático, que también se pone como tabla determinante para abordar el conflicto político, pero que se tiene que trasladar al ámbito económico y sociolaboral, que significa respeto al marco vasco de relaciones laborales.

­Y, ¿con ELA?

Tenemos que hacer una reflexión de fondo. Las relaciones no han cambiado sustancialmente. Mantenemos un contraste sobre el diagnóstico de la situación política. Cómo situar al sindicalismo vasco en un nuevo ciclo político y cómo situar la acción sindical también en ese nuevo ciclo con la perspectiva de cambio en lo económico y social, y eso está bien. Tenemos que ir más allá del escenario electoral, tenemos voluntad de ir profundizando en esa dirección. LAB hace 11 años se prestó para abordar una unidad de acción con ELA que podría ser instrumento para responder, no solamente a un modelo político sino un modelo sindical. Hoy, cuando pensamos que Euskal Herria avanza hacia un nuevo ciclo, estamos dispuestos a hacer reflexiones de fondo con perspectiva estratégica para situar, acumular fuerzas, en torno a un cambio político y social.

­¿Beneficiarán a los trabajadores vascos las reformas del empleo y de la seguridad social?

Es otra vuelta más de tuerca en la dirección que vienen apuntando las reformas laborales anteriores, que las inició el PSOE en la etapa anterior y que siguió el PP. En este momento siguen teniendo comoreferencia básica dar más facilidad en la contratación, en el despido y reducir su costo. Todas han ido en esa dirección, y ésta última no ha sido una excepción. Creo que más allá del márketing que realiza el Gobierno del Estado, CCOO y UGT, ésta no es una reforma contra la precariedad laboral, sino para mantener la precariedad y facilitar y abaratar a los empresarios el despido de trabajadores.

­Con la reforma de la Seguridad Social, ¿qué espera?

Tiene connotaciones muy negativas, porque la máxima que se utiliza es la misma que en las anteriores: mayores obstáculos, impedimentos para el acceso a una pensión digna, y mayor impulso para que los trabajadores se busquen el futuro en el ámbito privado, permitiendo el chollo a los intermediarios financieros. Todas las reformas de la Seguridad Social y de las Pensiones están en esa línea. No podemos ser espectadores de políticas laborales y sociales. Queremos remarcar, una vez más, que «Euskal Herrian lan, bizi eta berton erabaki» es una referencia central en temas económicos y sociolaborales para poder evitar, no solamente, los efectos de las imposiciones del Estado, sino para construir nuestro propio modelo social y económico.

­¿Qué opina de los efectos de la deslocalización?

Es una resultante de un modelo neoliberal, de un modelo de explotación globalizado, por llamarle de alguna manera. Las multinacionales se mueven en el mercado como verdaderos piratas en función de sus intereses de explotación. Tienen, en muchos casos, apoyos de la Administración con exenciones fiscales, se desarrollan y acumulan beneficios y, cuando entienden que esa tasa de beneficios puede ser mayor en otro lugar, se van, sin importarles los costes sociales. Tenemos que estar con los trabajadores.

­¿Qué pueden hacer éstos?

Tenemos que luchar con uñas y dientes para proteger nuestros puestos de trabajo en contra de esa política de piratería empresarial, pero también deben estar las administraciones. Aquí nos encontramos que desde Gasteiz y Iruñea se acepta la máxima neoliberal: la mejor política industrial es la que no existe, la de dejar hacer. La Administración se convierte en un sujeto de subvención y complemento. Si no somos capaces de desarrollar una política industrial sabiendo donde están nuestros sectores estratégicos y sabiendo abordar un sector público de peso en el ámbito industrial; si no somos capaces de hacer eso, estaremos a merced de las multinacionales. -



«Aumenta la dualidad social pese al discurso de Ibarretxe de ‘todo va bien’»
El líder sindical de LAB confirma que, al contrario de lo que se trasmite desde la Administración pública, «la economía no va bien para miles de trabajadores».

­¿Qué le parecen los discursos del lehendakari Ibarretxe de que ‘todo va bien’?

En torno a la situación económica y social queremos presentar la otra cara de la moneda de ese discursos triunfalista y falso, que construyen tanto Ibarretxe y como Sanz. Es evidente que los indicadores macroeconómicos son positivos en términos de crecimiento, pero lo que sí tenemos muy claro es que hoy está aumentando la dualidad social, porque no se complementan políticas de redistribución de la riqueza.

­¿Es la otra cara?

Sí es la otra cara de la moneda, que afecta a 400.000 personas en Hego Euskal Herria que viven entre el paro y la precariedad y la precariedad y el paro. Hoy hay miles de trabajadores que no superan los mil euros de salario al mes, lo que dice mucho de esas políticas. No hay re- parto de la riqueza. Con la actual situación de necesidad de la juventud de una vivienda, se producen situaciones de créditos a 30, 40 y 50 años, que suponen una cadena perpetua con la banca de turno. Ese papel de los intermediarios financieros en el acceso a la vivienda, es la otra cara de la moneda de esa especie de ‘Euskadi va bien’ que se nos quiere presentar y vender.

­¿Cómo va a nivel político?

Estamos en un momento en el que es indispensable pasar de talantes y voluntades abstractas a hechos y compromisos concretos. -


 
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