DONOSTIA
«Este premio es para todo el pueblo kurdo, un pueblo oprimido por muchos países. Me hubiese gustado celebrarlo con ellos, ojalá estuviesen todos aquí», enfatizó Ghobadi, quien se define como «primero kurdo y luego iraní». «Me tachan de separatista, pero yo no soy separatista, todo lo que hago es para dar a conocer al pueblo kurdo. Irán es un país democrático y permitiendo que se proyecte allí esta película, lo demostrarían», explicó este cineasta nacido en Baneh (Irán) en 1968, a la vez que recordaba que en Irán han prohibido la exhibición de su película. «Cuando la prohibieron, me afectó mucho. Con este premio y al estar nominada como película iraquí al Oscar, espero que ayudará a abrir puertas. Irán tiene que abrir esa puerta negra», recalcó.
Con su triunfo ex aequo de ayer, Ghobadi se convierte en uno de los pocos directores galardonados dos veces con el máximo trofeo del certamen donostiarra, de donde ya se llevó la Concha de Oro en 2004 con “Turtles Can Fly” (“Las tortugas también vuelan”).
«Cuando vine a San Sebastián en la actual edición estaba seguro de que de esta película tenía que salir algo», indicó. «Un premio siempre viene bien, pero no es lo que más cuenta. Me he comprometido a mí mismo para garantizar el interés de los espectadores de modo que sigan viendo mis películas», agregó.
Sobre el certamen donostiarra dijo «es un festival muy bueno, de gran calidad, y puede mejorar mucho en el futuro. Las autoridades debían hacer más esfuerzos para promocionarlo. Si hubiese tenido más mercadotecnia orientada a la promoción podría ser el primer festival de su categoría», subrayó. En cuanto a sus proyectos, dijo que espera conseguir permiso para empezar a rodar dentro de tres meses en Teherán una historia trágica, y también tiene planes de rodar en el Kurdistán iraquí y el turco.
Fougeron, sorprendido
El director Martial Fougeron, cuya película “Mon fils à moi” (Mi hijo) también ganó la Concha de Oro, mostró su sorpresa porque «una película así» lograse la unanimidad del jurado. «No pensaba que una película así lograría la unanimidad del jurado», afirmó a los periodistas el director francés, que se mostró «realmente conmovido» por el premio. La cinta trata sobre las difíciles relaciones entre una madre, interpretada por la actriz Nathalie Bayes ganadora de la Concha de Plata a la Mejor Actriz por su interpretación en el filme y su hijo.
Fougeron afirmó que «es evidente que la película debe mucho a Natalie», y añadió que la actriz estuvo «extremadamente implicada» en todos los aspectos de la película. La actriz no podrá asistir a la entrega de premios porque se encuentra en estos momentos en Suiza, y tiene una función de teatro en Lausanne.
El director afirmó que Bayes «está muy apenada» y que iba a escribir una carta para «expresar su pesar por no poder estar allí».
Respecto a la polémica que se desató tras la decisión del jurado de otorgar a su película la Concha de Oro, noticia que fue recibida por parte del público con protestas y abucheos, Fougeron aseguró que «el público en los pases fue muy generoso y caluroso», y que fueron los periodistas los "menos entusiastas y más críticos con la película». Se mostró «realmente conmovido» por compartir ex aequo la Concha de Oro con “Half Moon”, de Bahman Ghobadi.