Maite Soroa
De Irlanda a Euskal Herria
A algunos la realidad les produce un repelús tal que prefieren ponerse gafas de latón para seguir encerrados en su propia visión de las cosas.El editorialista de “El Mundo” arremetía ayer contra quienes quisieran aprender del proceso irlandés para hacer frente al que tenemos entre manos. Y así, descalificaba lo dicho por Blair en relación a la «determinación» y «paciencia» necesarios. Lo hacía por simplificación:«para estas alforjas no hacía falta tanto viaje». Hombre, la verdad es que nadie esperaba que Blair sacara un conejo de 38 kilos de la chistera, pero el de “El Mundo” ve oscuras intencines tras el viaje del británico:«su ‘ayuda’ en el proceso de paz español sirve a otros fines: poder decir a los españoles que el primer ministro británico contó con un ‘apoyo generalizado’ de la oposición que Zapatero querría y no tiene. Es parte de la red de seguridad que el Ejecutivo lleva meses tratando de poner al potencial fracaso de su empresa, consistente en hacer creer que, si el proceso fracasa, la culpa será del PP. Como ayer reiteró el portavoz socialista, Acebes, no ETA, es el ‘principal obstaculizador’ de la paz». Pues va a ser que sí. Niega paralelismo alguno entre el caso vasco y el irlandés, pero matiza que «al poner como ejemplo el proceso norirlandés, debería recordarse que éste no surgió de un diálogo con el IRA como el que ahora se pretende con la banda terrorista ETA, sino que partió de la derrota asumida de aquel grupo armado y su renuncia expresa a las aspiraciones maximalistas de autodeterminación». No dicen eso los irlandeses ni los textos acordados en Stormont, pero Pedro J. ha oído voces en su interior. ¡Qué se le va a hacer! Y, al final, vuelve a la carga con la cantinela que
aprendió y repite como un lorito:«La unidad de los dos grandes partidos
británicos supuso la debilidad del IRA, igual que en España la unidad que
socialistas y populares lograron con el Pacto contra el Terrorismo llevó a ETA a
su momento de máxima debilidad. Hoy, sin embargo, el Gobierno prefiere la
estrategia de mostrar que el PP está solo, aunque para ello tenga que recurrir a
la internacionalización del proceso, estrategia que no por casualidad fue la que
siempre persiguió ETA». No dice que la estrategia del PP, sin conseguir
aniquilar a sus enemigos vascos, por contra, le costó el butacón de La Moncloa a
Rajoy. Aunque Pedro J. no quiera reconocerlo. - msoroa@gara.net
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