El PP y el PSOE de Castilla y León han consensuado la reforma del Estatuto de Autonomía. Entre ambos partidos suman el 97% de los escaños de las Cortes de Saldaña y, por tanto, parece evidente que sus propuestas de reforma saldrán adelante sin ningún tipo de modificaciones sustanciales.

Quienes propugnamos la integración administrativa de Trebiñu en Araba estamos siguiendo de cerca esta reforma por sus posibles repercusiones en esta aspiración de la mayoría de la población trebiñesa.

El primer elemento significativo lo podemos encontrar en la redacción del preámbulo y del Titulo prelimi- nar. Ni una mención a la singularidad geográfica, histórica, social, cultural o económica de Trebiñu. Por el contrario se singulariza el precedente histórico de León o se reconoce como patrimonio lingüístico de la Comunidad a la lengua leonesa y a la gallega.

El segundo elemento significativo de estas propuestas es el mantenimiento ­palabra por palabra­ de la redacción del texto dedicado a la «Segregación de enclaves», que además continúa situado dentro de las Disposiciones Transitorias como tercera.

En el campo de las elucubraciones ­nadie puede conocer los enredos y secretismos de la política actual­ podemos hacer al menos dos interpretaciones de las posibles repercusiones de estas propuestas en lo que se refiere al contencioso trebiñés.

Una pudiera partir de la máxima «aquí no ha cambiado nada». Pues no se aprecia un endurecimiento normativo para la segregación pero tampoco se flexibiliza o ablanda.

Otra interpretación que cabe es más optimista. Parte del no reconocimiento de la singularidad del enclave trebiñés, del reconocimiento expreso de la lengua leonesa y gallega como patrimonio lingüístico de la Comunidad pero no así del euskera, y del mantenimiento del mismo procedimiento de segregación. Esos «olvidos» demuestran que dan por perdido este largo contencioso. El empeño que ponen en ganarse a León o a zonas de habla galega, donde se reivindican su identidad propia al margen de Castilla, no lo ponen con Trebiñu. No sólo porque la población sea mucho más reducida sino porque en las últimas décadas las vinculaciones históricas, sociales, culturales y económicas de la población de Trebiñu con su ámbito geográfico, social, cultural, económico, inmediato y natural, han aumentado muchos enteros.

Pero además, también ahora disponemos de muchos más datos históricos, culturales, sociales y económicos que respaldan la voluntad permanente de la población trebiñesa de posi- bilitar la coherencia entre administración pública y territorialidad e identidad cultural. Algunos ejemplos los tenemos en el reciente hallazgo de un documento datado en 1710 donde el Ayuntamiento de Treviño ges- tionaba su integración en Alava o las conclusiones de los estudios del uso del euskera cuyo retroceso y desaparición lo sitúan a mediados del siglo XVIII.

La persistencia de este contencioso se debe a la influencia política del conflicto vasco y a otros elementos menores como las perversas consecuencias de la aplicación de políticas clientelistas y especulativas en la economía endógena trebiñesa, marcadamente agrícola.

Este es un buen momento para impulsar la resolución de este histórico contencioso. Sin esperar a la resolución del conflicto vasco, sin esperar a los cambios de políticas especulativas o clientelistas. Nunca hemos tenido tantos argumentos, tan- tas razones. Otra cosa es que a quienes tienen la responsabilidad política no les tiemble la mano a la hora de poner sobre la mesa este asunto. Eso hasta ahora no ha ocurrido, como bien se puede apreciar con la Ponencia de Trebiñu del Parlamento de Gasteiz. -