Raimundo Fitero
Los polos
Los polosx
Negativo y positivo. Una jauría o un rebaño. Curiosamente, en Tele 5, con dos programas de telerrealidad en antena, se nos muestra un mundo de víboras y otro de conejos de felpa. Es la diferencia entre OT y GH. En la llamada Academia, el máximo roce es por una nota mal entonada, por una melodía no aprendida, por una respiración cortada. Lo más que expresan son añoranzas y si hay una lágrima es por rabia en el proceso de aprendizaje o por recuerdos positivos de su ambiente familiar. Todos son jóvenes, con buen rollo, positivos y entre ellos simplemente hay compañerismo y una limpia competencia por prosperar en un negocio muy marcado en sus necesidades de material para la venta.
En OT se nos ofrece la parte positiva de la convivencia, de unos seres humanos con deseos de superarse, que se mueven por ilusiones que se concretan en esfuerzos, trabajo, disciplina y creación. Todo ello, todos los montajes que se ofrecen diariamente van en esta dirección. Si hay enfrentamientos o discusiones se omiten. Trata de crear una ilusión, un marco de aceptación donde las relaciones humanas se producen sin apenas forcejeos en un buen ambiente general.
Lo contrario sucede en GH. Aquello parece un campo de batalla. Hablan descaradamente de estrategias. Se putean, se insultan, se hacen la vida imposible. Su misión allí dentro no tiene más sentido que sobrevivir jodiendo al de enfrente. Y se han creado dos bandos, y en cada bando tienen sus líderes y sus infanterías. Todo ello, se supone, impulsado desde el equipo de guionistas, pero el material previo está servido, el castin buscó personalidades tendentes a estas exhibiciones, a estos desvaríos, a estos enfrentamientos.
Los participantes saben que quien más grita, quien más insulta, los peores en valores cívicos serán los mejores en los sofás de los programas que se alimentan de estas escorias. Lo saben porque lo han ido aprendiendo durante años. Hay una generación GH, que sabe que cuanto más borde seas, más posibilidades tienes de hacerte un chalé a costa de tus paseos televisivos vendiendo tus intimidades, tus montajes, tus imbecilidades. Los polos se juntan en la parrilla. -
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