- Nobel de la paz
Defendió en Bilbo que se puede acabar con la pobreza
BILBO
El recién nombrado Nobel de la Paz, Muhammad Yunus, visitó Euskal Herria en noviembre de 2003 y se mostró convencido de que es posible acabar con la pobreza si se logra «una actuación favorable por parte de los que deciden el devenir de las políticas económicas» y la atención de «los medios de comunicación».En la entrevista que concedió a GARA durante aquella visita, el fundador y director de Grameen Bank, más conocido como Banco de las Mujeres Pobres, consideró que el sistema de los microcréditos que puso en marcha en 1974 ayudará a que «la globalización vaya en la dirección adecuada», un objetivo «importante» porque «no hay modo de detener la globalización». Manifestó que se trata de un fenómeno que «está surgiendo debido a las demandas económicas del mundo. Nos puede gustar o no, pero es así», sentenció.
«Necesidades reales»
El fundador del Banco de las Mujeres Pobres manifestó que el programa de microcréditos que abandera ha calado tan hondo porque «satisface las necesidades reales de la población» y «está basado en la confianza». El 95% de las personas prestatarias de esos cré- ditos son mujeres, a las que este banco ofrece un trato prioritario porque «manejan mejor las finanzas y están más capacitadas».Muhammad Yunus señaló que el 95% de los créditos concedidos son devueltos y que sólo hay un 1% de fallidos, «lo que no ocurre con los bancos convencionales». Consideró que el sistema bancario tradicional «ha rechazado a la gente, ha polarizado la economía y ha instaurado el principio de que ‘cuanto más tienes, más te dan’. Todo se concentra en menos personas que tienen un montón de dinero». Subrayó, en este contexto, que «las sociedades están bajo el control de pocas personas.Eso puede ser dañino para las economías y las personas», advirtió el nuevo Nobel de la Paz en la entrevista mantenida con este diario hace tres años en Bilbo. Muhammad Yunus recordó, en este punto, el origen de las crisis asiática, un crack que atribuyó a la actuación de los bancos, cuyo «principio básico fue ayudar solamente a quienes concentran mucho poder, mucho dinero, pero todo el sistema de derrumbó», constató antes de apostillar que una situación así no se produciría en «un sistema como el que tenemos nosotros en el Grameen Bank».
Oikocredit: «Es un nuevo impulso»
BILBO La concesión del Nobel de la Paz a Muhammad Yunus es «un nuevo impulso para las microfinanzas», subrayó ayer Jorge Berezo, presidente de Oikocredit- Euskadi, cooperativa de inversión ética y solidaria. Consideró que es «un motivo de alegría» porque Yunus «dio una nueva perspectiva de vida a los 1.100 millones de personas que viven con menos de un dólar al día». Recordó que «alrededor de 450 millones de ellos ya han tenido acceso a pequeños préstamos que les han ayudado a conseguir nuevas fuentes de ingresos y todavía queda mucho por ver». Indicó que Grameen Bank y Oikocredit iniciaron su andadura casi a la vez. Consideró que «no es ninguna coincidencia que en estos momentos el 71% de los fondos de Oikocredit están destinados a ins- tituciones de microfinanzas, que trabajan de forma similar a Grameen Bank». Subrayó que «este reconocimiento es un fuerte, pero también necesario, impulso para todo el sector de las microfinanzas, para el beneficio de millones de familias pobres en el mundo».
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