ESTORIL

Rossi consiguió uno de esos golpes de efecto que tanto le gustan y que son el motivo de su existencia. Y lo hizo de rebote, beneficiado por la caída de su máximo rival y hasta ayer líder del mundial, el estadounidense Nicky Hayden (Honda), a quien tiró su compañero de equipo, el catalán Dani Pedrosa, en la quinta vuelta de la prueba. El hecho es más dramático si se recuerda que Pedrosa a lo largo del fin de semana había dicho que no ayudaría a Hayden porque todavía tenía opciones matemáticas de pelear por el mundial, mientras que el compañero de Rossi, Colin Edwards, consideró que, por supuesto, ayudaría a su líder.

La carrera estuvo marcada por la caída de los dos compañeros de equipo, pero pasó de todo: un título casi decidido, un piloto que gana por primera vez un gran premio de MotoGP, la caída del catalán Sete Gibernau (Ducati) ­rotura del quinto metacarpiano de la mano derecha y se volvió a dañar la clavícula izquierda­ provocada por el australiano Casey Stoner (Honda) y unos adelantamientos casi imposibles. Pedrosa tiró a Hayden cuando ambos peleaban por la cabeza de la carrera y se llevó por delante casi todas las posibilidades de ganar el título para Honda.

Rossi estuvo al frente desde el principio y seguía primero tras la caída con un montón de puntos delante de él para hacerse con el liderato del mundial y con Hayden eliminado. Era la situación ideal para el siete veces campeón del mundo italiano. Pero a la estela de Edwards apareció Elias y, poco a poco, le cogió y se fue a por Rossi. Lo que parecía imposible se hizo realidad. Elias un piloto que ha pasado un calvario en 2006 con un fuerte caída en los entrenamientos del Gran Premio de Holanda en junio, estaba a punto de adelantar al campeón. Y lo hizo. A siete vueltas para el final se puso al frente de la prueba, pero cometió varios errores, según reconoció posteriormente, y cedió de nuevo la cabeza de la prueba a Rossi.

Sobre la misma línea

Pero el catalán volvió y les hizo a sus dos rivales una pasada increíble a final de recta con una sobresaliente derrapada. Elias pensó que le bastaba con tapar los huecos. Sin embargo, tenía detrás a dos campeones del mundo y uno de ellos, Rossi, le iba a pasar en la chicane del circuito. Con Rossi en cabeza, Elias segundo y Roberts tercero llegó la última curva. El catalán se pegó a la moto del italiano y sobre la línea de meta, que en Estoril está muy atrás, superó al nuevo líder del mundial por dos milésimas. No podía pasar nada más.