¡Que pena, señores de ETB!
El pasado 21 de setiembre vi un programa que, pretenciosamente, se anunciaba como seguimiento de la vida de los mayores de 65 años, es decir, de los jubilados. Me acomodé con la esperanza de que se diese una visión de los mayores diferente de la tópica que siempre se ofrece.
Cuál fue mi sorpresa cuando fueron pasando por la pantalla una serie de jubilados que, salvo alguna excepción, respondían al patrón tópico del jubilado. No podía faltar el jubilado bailón, el clásico jubilado presumiendo de su funcionamiento sexual, de lo bien que se lo pasa en los muchos viajes del IMSERSO. En este aspecto el documental invierte un porcentaje importante de tiempo. Tiene cabida el jubilado que cuida a sus nietos, resignado a su suerte; considera que es lo que debe hacer porque, como sus hijos trabajan, hay que echarles una mano. ¿Se han preocupado de preguntar a muchos de esos abuelos que cuidan a sus nietos cómo se encuentran o cuál es su situación anímica? Está presente el jubilado que no sabe qué hacer y que su tiempo se ocupa en ir a la calle y pasear, después de hacer la cama y la compra. Esas son sus ocupaciones; el resto del día, como se dice vulgarmente, «a echarla por ahí». Tiene cabida esa jubilada especial, que acude a los castings y hace pasarela y tiene aficiones un tanto diferentes, como bañarse todos los días en la Concha, que utiliza la bicicleta para todo. También los psicólogos tienen su parcela para hablarnos de la sexualidad de los mayores y sus especiales modos y maneras de vivirla a esta edad.
En todos, un mensaje: ¡Qué bien se vive de jubilado! ¡Qué pena tengo de no haberme jubilado antes! ¡Para cuántos jubilados este mensaje resultará un insulto!
¿Estos son los personajes de referencia en la jubilación? ¿Dónde están los jubilados que invierten su tiempo en actividades sociales? ¿Dónde está ese 50% de colaboradores de ONG que corresponde a personas jubiladas? ¿Dónde están esos jubilados que colaboran con instituciones como Cáritas y otras muchas y que dedican mucho de su tiempo a los demás? ¿Dónde los cientos de jubilados que asisten a Aulas de la Tercera Edad o a la Universidad en las Aulas de la Experiencia? ¿Dónde están esos jubilados o viudas que malviven con su mínima pensión y que, ni de lejos, pueden pensar en actividades parecidas?
Faltan o faltamos muchos, no nos sentimos representados en el reportaje y consideramos que se desaprovechó una oportunidad de reflejar una realidad muy diferente. ¿Tan difícil hubiera sido contactar con personas representativas del colectivo y planificar un programa donde se abordara el tema desde más ángulos y en el que se obviara esa visión tópica del mayor? Seguramente es más fácil seguir con la caricatura y no dejar que aparezca el cuadro real. Es hora de que los mayores levantemos la voz y exijamos que los medios de comunicación den una imagen más ajustada a la realidad, huyendo de los tópicos que han configurado la imagen del jubilado. ¡Qué pena, señores de ETB2!
José Luis Ortiz de Zarate
Gasteiz
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