Este eslogan puede presentar facetas muy distintas dependiendo del país en el que se pretenda aplicar. Los vascos no podemos considerarlo sin aplicarlo al pueblo vasco. ¿Qué hay que normalizar en Euskal Herria y por qué? Pronto nos percataremos de que, aparte de la pluralidad común a todos los pueblos y estados del mundo, en Euskal Herria surge un problema nacional debido a la negativa de España y Francia a reconocer la existencia de la nación vasca y a la conculcación de sus derechos. Esa es la causa del enfrentamiento político y armado y el problema que hay que solucionar: lo que se ha dado en llamar el «Conflicto político».

Todos somos conscientes de cómo se formaron los estados. Reyes y reyezuelos, príncipes, líderes, nobles y señores potentados luchando entre sí hasta que los unos vencían a los otros. Y así se formó el Estado español. Algunos de los pueblos sometidos nunca han aceptado ser subyugados ni colonizados. Euskal Herria es uno de ellos. Y mientras el Estado español siga imponiéndose por la fuerza al pueblo vasco y negándose a solucionar el conflicto político dialogando y negociando democráticamente, o sea, respetando la voluntad de los vascos, una normalización política será imposible y la probabilidad del resurgimiento de la lucha armada de esta ETA, o de otra futura es no sólo previsible sino inevitable.

A pesar del empeño del PP y del PSOE y del colaboracionismo del PNV para tratar de aislar la solución a la lucha armada de ETA de la normalización política del Pueblo Vasco, los tres son muy conscientes de que la lucha armada tiene su origen y su razón de ser en esa injusta situación política. ETA militar nació en plena dictadura franquista porque no era posible solucionar el conflicto vasco-español negociando políticamente. Desapareció el dictador pero para Euskal Herria no desapareció la opresión, pues España y Francia siguieron imponiéndose. Hasta se inventaron la España de las Comunidades Autonómicas (?) para tratar de debilitar los nacionalismos, especialmente el vasco.

Normalizar y pacificar Euskal Herria es un todo hermanado. Una especie de dueto político. No nos empeñemos pues en «soluciones parciales» ni en politiquerías interesadas para no solucionar nada. Si queremos normalizar la situación política y pacificar el enfrentamiento armado de manera justa y duradera, no hay más remedio que erradicar la prepotente injusticia que causó ambos y que sigue motivándolos.

Aunque el PSOE trata de aparentar lo contrario, a los partidos españoles no les interesa que se busque una solución en la mesa de partidos. Sobre todo una solución democrática que respete la territorialidad y la voluntad de los vascos. Tratarán por todos los medios que esa mesa o no se forme o si se forma, que el PSOE conduzca los diálogos a problemas colaterales y así evite que el histórico conflicto sea tema de discusión y sobre todo de acuerdo. La intención del Gobierno español es clara: Conseguir que ETA deje las armas definitivamente y desaparezca, pero sin tener que solucionar el conflicto democráticamente. O sea, seguir imponiéndose a los vascos por la fuerza. Si consiguen hacerlo, las conversaciones en la otra mesa entre el Gobierno español y ETA fracasarán y no habrá posibilidad de normalización ni de una paz duradera.

A muchos les sorprendió que en su comunicado de agosto ETA culpase, además de al PSOE, también al PNV de ser responsable de que la formación de la mesa de partidos estuviese en crisis. Y es que la postura del PNV es muy inquietante. A pesar de lo que dicen Ibarretxe y Egibar referente al respeto debido al derecho de decisión de los vascos la voluntad de Josu Jon y por lo tanto del PNV, es muy otra. Es bastante evidente que la última vez (que yo sepa) que Josu Jon estuvo en Madrid con Zapatero ya convinieron entre los dos los límites de «lo aceptable» por Madrid, haciendo Josu Jon por adelantado lo que Artur Mas hizo con nocturnidad y alevosía posteriormente a que el Parlament aprobara su proyecto de Estatut. En su «posibilismo político», Josu Jon ha fijado sus objetivos, no en lo que dicen Ibarretxe y Egibar, sino en «lo aceptable» por Madrid y ha venido colaborando obedientemente con Zapatero. Lo dijo él mismo: «La lealtad del PNV con Zapatero está asegurada y no tiene contrapartidas». O sea, en lo que al PNV concierne, lo que diga el PSOE va a ir a misa.

Josu Jon suele consumir casi el 90% de sus conferencias y entrevistas en criticar a Batasuna con ensañamiento. Algunos de sus razonamientos son remarcables por su inconsistencia y su parcialidad. Por ejemplo: «No vamos a negociar nada con nadie en tanto y cuanto se siga ejerciendo la violencia». A veces da la impresión de que vive en una burbuja de cristal apartada de este mundo. ¿Con quiénes se están negociando las posibilidades de paz en todo el mundo si no es con quienes ejercen la violencia? Si no se negocia y acuerda con ellos ¿cómo conseguir que no se ejerza la violencia? En este caso además, Josu Jon se refería a no negociar con Batasuna si la kale-borroka no cesa. Si Batasuna fuese la que ejerce la kale borroka sería con ella con quien habría que negociar su cese, ¿o no? Y si no ¿a quién amenaza Josu Jon con eso de no negociar nada con nadie? Parece que Josu Jon no considera que el PSOE ni su Gobierno ejerzan violencia al obligarnos a los vascos a hacer algo en contra de nuestra voluntad utilizando para ello su fuerza; o al impedir por la fuerza que el pueblo vasco pueda decidir en libertad y democráticamente su presente y su futuro; o ilegalizar prepotentemente a Batasuna; o prolongar las detenciones de los presos vascos más allá de sus condenas, ni el aplicar nuevas leyes retroactivamente, ni celebrar macro-juicios tan estrafalarios jurídicamente como represivos políticamente; que no es violencia el alejamiento de los presos, las supuestamente preventivas «detenciones a lazo» de jóvenes vascos, la tortura que practican las fuerzas represivas del Gobierno español del PSOE.

Será por eso que Josu Jon no tiene ninguna pega en sentarse a negociar sumisamente con el PSOE. Pero es extraño que a quien tanto le preocupan los cajeros y los autobuses quemados, no le alarmen las históricas injusticias y violencias que, desde que nació hace algo más de un siglo, el PSOE viene ejerciendo contra los abertzales y contra la nación vasca. Josu Jon y sus secuaces obvian que precisamente con el designio de evitar que los gobiernos españoles siguiesen ejerciendo ese tipo de violencias para dominar y reprimir al Pueblo Vasco, pocos años después de que naciese el PSOE que hoy las ejerce, Sabino Arana y Goiri formó el PNV.

Mientras PNV y PSOE sigan en ésas, no se van a dar las condiciones necesarias para instaurar una paz real, pues la verdadera y duradera paz sólo puede darse basándola en la justicia y la justicia es comprensible sólo si está basada en la democracia, es decir, en el respeto a la decisión expresada libremente por todos los vascos y sobre todas las alternativas. No como se ha hecho en Cataluña, decidiendo únicamente sobre un texto manipulado y vaciado de contenido por el Gobierno español. -