Raimundo Fitero
Cuadrante
Pablo Motos y su equipo intentan en Cuatro que las tardes de los domingos no sean tan planas. Su programa con sus hormigas dicharacheras y de contrapunto, transmite buen rollo, hay un grado de humor inteligente bastante sobresaliente, lo que me cuesta calibrar es cómo se recibe este tipo de propuestas en las horas patéticas del descanso pos paella mar y montaña. Acostumbrados como estamos a dejarnos ir con las películas de sobremesa, “El hormiguero” requiere de nuestra atención activa y eso puede ir en detrimento de su posible aceptación popular, pese a que busca un tipo de público joven, marchoso muy determinado.A la misma hora La Sexta inicia su programa de fútbol que se ha quedado en algo sin demasiado sentido. Las conexiones a los campos de fútbol donde se celebran los partidos, pero sin imágenes del partido se llama “radio televisada”. Es un poco patético escuchar los clamores del público y ver a los cronistas esquinados, con un tiro de cámara que solamente deja ver de fondo a los espectadores y nunca el campo. Para cuando ofrecen imágenes de los partidos, todas las cadenas autonómicas o locales las tienen también, por lo que se han pasado tres horas o cuatro haciendo algo bastante incompresible. Y no es que hagan el programa radiofónico mal, es que usan horas de señal televisiva sin motivo suficiente. Después, cuando llegan los análisis, con las imágenes, con tertulianos de peso y el defensor de los árbitros, entonces ya hablamos de algo más interesante, más lógico y quizás de lo más propio en plena Liga con sus disgustos, alegrías y polémicas varias. Los datos de audiencia de lo que va de mes son escalofriantes. Tele 5 se va disparada, las que le siguen están a mucha diferencia y abre una brecha abismal con las autonómicas y de las recién llegadas, La Sexta siguen en un testimonial dos por ciento con fútbol incluido, y esto es un dato a considerar, mientras Cuatro supera a La 2. Los cuadrantes de audiencias son variables, se van moviendo según épocas, temporadas y tendencias globales, todavía se mantienen algunas inercias, pero cada vez cuesta más conseguir superar el veinte por ciento de share. -
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