Juicio por faltas contra una funcionaria que pateó a una presa vasca en enero
La funcionaria de la prisión de Alcalá Mujeres que ayer se sentó en el banquillo de los acusados por haber propinado al menos cuatro patadas a la presa vasca Lorea Azpilikueta tendrá que hacer frente, a lo sumo, a una sanción económica. El juicio que se celebró en Madrid se llevó a cabo por el procedimiento de faltas, y no como un delito penal.
MADRID
La joven iruindarra Lorea Azpilikueta fue agredida en enero pasado en la cárcel española de Alcalá Meco cuando protestaban contra la restricción de una hora de patio que la dirección carcelaria impuso a las prisioneras políticas vascas allí recluidas. Azpilikueta interpuso una denuncia contra la funcionaria que, según relató, le propinó al menos cuatro patadas mientras la arrastraban hasta la celda. Ayer se celebró en la Audiencia de Alcalá la vista contra la carcelera, que ha quedado vista para sentencia. Cuando se registraron estos hechos las vascas recluidas en Alcalá Meco entre ellas Azpilikueta, que en la actualidad se encuentra en libertad estaban inmersas en una protesta contra la restricción impuesta por la dirección de la prisión madrileña. Las prisioneras políticas rechazaron esta medida, por lo que se negaban a volver por su voluntad a la celda sin agotar el tiempo de patio que les pertenecía. Fue en uno de esos traslados forzados cuando la iruindarra fue agredida. La acusada, que negó los hechos que se le imputan, recibió el respaldo de un jefe de Servicios de la cárcel y por otra carcelera de la citada prisión, quienes en su declaración también negaron los hechos. Lorea Azpilikueta, por su parte, contó con el testimonio de dos presas comunes que aún continúan recluidas en Alcalá Meco. Una de ellas corroboró la agresión que sufrió la iruindarra por parte de la acusada. La Fiscalía hizo caso omiso a su declaración y pidió la libre absolución de la carcelera. El juicio, que se desarrolló por un supuesto delito de faltas, quedó visto para sentencia. A lo sumo, este proceso judicial conllevará una sanción económica para la imputada.
Una testigo «amenazada»
GARA
MADRID La iruindarra que denunció la agresión por parte de la carcelera contó con el testimonio de dos reclusas que a día de hoy continúan presas en Alcalá Meco. Una de ellas corroboró la agresión que sufrió Azpilikueta a comienzos de enero, pero la segunda testigo, en cambio, declinó declarar en la vista. Lo único que esta segunda testigo manifestó fue que antes del juicio había sido amenazada por la misma funcionaria de prisiones que ayer se sentaba en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Alcalá.
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