KABUL
La historia vuelve a repetirse en Afganistán: la OTAN anuncia el «éxito» de sus bombardeos aéreos con la muerte de decenas de supuestos milicianos talibanes, que horas después resultan ser inocentes civiles. Ocurrió el pasado martes, y también la pasada semana y el pasado mes de setiembre. Fuentes del Consejo Provincial de Kandahar aseguraron ayer que las fuerzas de la OTAN bombardearon una zona en el distrito de Panjwayi en la que se refugiaban, en tiendas de campaña, muchas familias que habían perdido sus viviendas en anteriores bombardeos de la aviación extranjera.
«Esa noche recogimos 61 cadáveres y otras dos personas murieron en el hospital de Kandahar», afirmó un miembro del Consejo Provincial, Nic Mohammad, quien mostró su «fuerte condena a este acto de la OTAN» y aseguró que presentará en Kabul pruebas de lo sucedido.
En el ataque, que se prolongó durante cinco horas, fueron destruidos al menos 25 hogares.
La OTAN dijo que querían acabar con los guerrilleros que entorpecen los «esfuerzos» de los ocupantes en el «desarrollo» de la región y, por tanto, las tropas extranjeras bombardearon a los desplazados con morteros, piezas de artillería y aviones, según el relato efectuado por la fuerza extranjera.
La OTAN, el miércoles, anunció el balance de sus bombardeos indicando haber dado muerte a 48 supuestos talibanes. Ayer, la alianza militar comenzó a recular y admitió haber recibido «informaciones verosímiles» sobre la muerte de un número indeterminado de civiles en varias operaciones en el sur y dijo que sentía «profundamente» esos fallecimientos.
En cualquier caso, las fuerzas extranjeras culparon de la masacre a los milicianos talibán por esconderse entre los civiles para eludir el fuego ocupante.
Nic Mohammad afirma estar «totalmente seguro» de que «ni una sola de esas 48 personas eran talibanes, todos eran civiles, entre ellos mujeres y niños». Mohammad explicó que, además de las víctimas mortales, al menos 35 personas fueron trasladadas con heridas al hospital de Kandahar, donde todavía permanecen ingresadas veinte de ellas.
Uno de los heridos, Hah Wali, explicó desde el hospital que el ataque se produjo de madrugada, hacia las 02.00 hora local del martes y que en él perdió a cinco miembros de su familia, entre ellos su mujer y su hija. Añadió que en la zona se agrupaban «cientos de personas que habían perdido sus casas», y aseguró que entre ellos no había militantes afganos.
La masacre se produjo después de que la semana pasada otros nueve civiles murieran «por error» en sendos bombardeos de la OTAN en las provincias de Kandahar y Helmand.
La OTAN lanzó una vasta operación militar en la zona de Panjway el pasado mes de setiembre, conocida como «Operación Medusa», en la que, según la fuerza extranjera, mataron a más de 500 supuestos militantes afganos. El máximo comandante de la Alianza Atlántica en Afganistán, el teniente general David Richards, la calificó de «éxito significativo» que había permitido «liberar» amplias zonas de la región y «normalizar» la situación.
Sin embargo, han continuado los combates en la zona. «El Gobierno dijo a las familias que ya no había más talibán en la zona», señaló un miembro del Consejo Provincial. «Si no hay talibán, entonces ¿por qué están bombardeando la zona?».
GARA
KABUL
El Gobierno afgano se mostró ayer «profundamente triste» por la publicación de fotografías de soldados alemanes posando con una calavera humana en Afganistán y condenó dicha profanación por ir «en contra de los valores del Islam y las tradiciones afganas». El Ministerio de Exteriores afgano, en un comunicado, exigió a las autoridades alemanas «investigar el asunto y llevar a los responsables ante la justicia y garantizar que tales acciones no se repitan».
Los seis soldados alemanes que aparecían en las fotos publicadas por el diario “Bild Zeitung” ya han sido identificados. El Ministerio de Defensa dijo que en el Ejército alemán no hay sitio para quien se comporta así, aunque lo que verdaderamente preocupa al Gobierno alemán es que el incidente provoque manifestaciones y ataques contra los efectivo alemanes que participan en la ocupación de Afganistán.
La ONU, «preocupada» por la masacre
La Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán
(UNAMA) expresó ayer su gran preocupación por las informaciones que indican que un «gran número de civiles podría haber muerto» en los bombardeos contra la localidad de Nangawat, en el distrito de Panjwayi de la sureña provincia de Kandahar. «La ONU siempre ha subrayado que la seguridad y el bienestar de los civiles debe ser siempre la prioridad y que la muerte de civiles es inaceptable, sin excepciones», enfatizó la UNAMA en un comunicado emitido ayer en Kabul. -
