Si se confirmara que ETA es la autora del robo de armas en Nimes no sería una buena noticia, puesto que vendría a señalar que la crisis del proceso al que la organización armada hacía referencia en su comunicado del 18 de agosto, en lugar de corregirse se ha ido acentuando. Porque, a fin de cuentas, el robo de las pistolas, además de su significado más evidente, se puede leer también como un indicador de cómo van las cosas, más allá de las filtraciones interesadas que se han ido produciendo en las últimas semanas. Y el diagnóstico, evidentemente, no es positivo. Así lo han entendido muchos de los líderes políticos y sindicales que se han pronunciado en Euskal Herria en los últimos días. Idoia Zenarrutzabeitia, JoxeElorrieta, Joseba Permach, Josu Ortundo, Carlos Garaikoetxea y Javier Madrazo, entre otros, coincidían en la necesidad de ver esta acción en perspectiva, analizando todo lo que ha ocurrido ­y también lo que no ha ocurrido­ desde que hace siete meses ETA declarara un alto el fuego, y llamaban la atención sobre la necesidad de actuar con responsabilidad y de seguir trabajando para profundizar en el proceso. Frente a la fácil tentación, en la que algunos altos dirigentes han caído, de quedarse únicamente mirando a ETA, analizando el asalto de Nimes como un hecho aislado, ha surgido una importante corriente de opinión que exige también al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que ­como especificaba el secretario general de ELA­ saque consecuencias de su propia actuación durante los últimos meses. -