El bloque antisirio en Líbano trata de capitalizar la muerte del ministro Gemayel
·el movimiento gubernamental pasa al contraataque y busca apuntalar al debilitado ejecutivo de siniora
El movimiento antisirio y pro-occidental 14 de Marzo trata de utilizar la muerte en atentado del ministro Pierre Gemayel como una palanca para liberar a su Ejecutivo, liderado por Fuad Siniora, de la creciente presión de la oposición, liderada por la organización chiíta Hizbula. Las exequias por el miembro del influyente clan muerto se convirtieron en una reafirmación del otrora absoluto y criminal poder de la minoría cristiana de Líbano.
BEIRUT
El Movimiento 14 de Marzo, que controla el Ejecutivo libanés, hizo un llamamiento general a participar en los funerales del ministro de Industria, Pierre Gemayel, muerto la víspera en atentado, en un intento de transformar la ceremonia en una demostración de apoyo al Gobierno de Fuad Siniora, debilitado tras la dimisión de los ministros de confesión chiíta.El movimiento, que debe su nombre a la fecha de la muerte en atentado el año pasado del primer ministro Rafic Hariri, congrega en su seno a las minorías sunita y drusa y a parte de la cristiana maronita, a la que pertenecía Gemayel. Esta amalgama pro-occidental tiene en frente a la minoría mayoritaria chiíta, representada por Hizbula y Amal y a otros grupos cristianos, entre ellos el del presidente del país, Emile Lahud y el movimiento liderado por el general Michel Aun. Seis ministros de este bloque, tildado de prosirio por Occidente, han dejado sus cargos en protesta por la negativa de Siniora de acceder a un gobierno de unidad nacional tras la reciente agresión militar israelí y por su decisión de saltarse la frágil arquitectura del poder en Líbano para dejar en manos de un tribunal internacional la investigación del caso Hariri. En un intento de capitalizar su muerte, el movimiento pro-occidental rindió homenaje al «mártir caído por la independencia» la víspera, casualmente, del Día de la Independencia de Líbano, suspendido y transformado en tres días de duelo oficial por decreto. Una amplia representación del movimiento antisirio acudió a las exequias en la Catedral de San Jorge de los Maronitas en la capital, Beirut. Horas antes, Pierre Gemayel fue despedido por miles de simpatizantes de la Falange cristiana en el feudo de la familia, la localidad de Bikfaya.
Campanas y disparos al aire
«Es el viacrucis de los cristianos y, a través de los Gemayel, de todo Líbano», lloraba May Akl, vecina de la villa, mientras el féretro era depositado entre el tañido de las campanas en la mansión de la familia. Las salvas con armas automáticas y los tradicionales gritos y aplausos de la multitud acompañaron a la comitiva. Monjes maronitas salmodiaban en siriaco rezando por el difunto.Los máximos representantes del clan, que ha escrito con sangre, también con la propia cuatro de ellos han muerto en atentados en los últimos años la historia reciente de Líbano, recibieron las condolencias, entre ellas la de Ghassan Tueni, magnate de la prensa libanesa y hermano de Gebrane Tueni, diputado antisirio muerto en atentado el 12 de diciembre del año pasado. «Hasta cuándo en este país los criminales van a obligar a los padres a enterrar a sus hijos», pregunta a gritos uno de los asistentes al sepelio del ministro. Mas allá de interpretaciones maniqueas como esta última tan del gusto en los principales medios occidentales, los analistas cercanos al Movimiento 14 de Marzo cargan ya balas dialécticas en sus recámmaras. «Si la oposición insiste en exigir la dimisión del Gobierno Siniora aparecerá como legitimadora de este crimen», apunta Hareth Sleimane. Poco importa que Hizbula lo haya condenado y que incluso haya suspendido sus movilizaciones en defensa de su programa político de mínimos para sacar al país de la crisis. Pero la coalición antisiria va más allá y apunta al aliado cristiano de Hizbula, Michel Aun, quien alertó del riesgo de enfrentamientos intercristianos. «Aun deberá elegir de qué lado está», advierte Fares Soueid, diputado antisirio.
Reformadores sirios exculpan a Damasco
Ayman Abdel Nour, defensor de la reforma en el seno del Baath, en el poder en Siria, señala que la fecha elegida por el atentado, «horas antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU debatiera la creación del tribunal sobre el caso Hariri, plantea interrogantes sobre la autoría». La prensa siria va más allá y lo imputa al propio Gobierno libanés, situándolo en un intento de sacudirse la presión por parte de la oposición, liderada por Hizbula, y de recobrar la iniciativa política en plena crisis gubernamental. -
El diálogo Washington-Damasco sufrirá las consecuencias
WASHINGTON La muerte en atentado de Gemayel podría debilitar a quienes, desde EEUU, preconizan cada vez con más fuerza un diálogo con Damasco y con Teherán para salir del atolladero iraquí. El senador demócrata Joseph Biden, que presidirá la Comisión de Exteriores del Senado, defendió con rotundidad esta opción el lunes, víspera del atentado. Una opción que baraja el Grupo de Estudios sobre Irak pero que no despierta entusiasmo en la Administración Bush. El presidente de EEUU reiteró ayer a Siniora su «apoyo inquebrantable a la democracia en Líbano» y contra «las ingerencias de Siria e Irán». Por de pronto, la muerte de Gemayel facilitó la adopción por parte del Consejo de Seguridad de la ONU del acuerdo para crear un tribunal internacional sobre el caso Hariri. Nadie se atrevió a ponerla en cuestión, según fuentes diplomáticas. Lo que sí está fuera de duda es que la caída del Gobierno Siniora sería una muy mala noticia para Washington. Y es que, en palabras del experto en cuestiones sirias de la Universidad de Oklahoma, Joshua Landis, «Líbano es la única aventura con éxito desarrollada por EEUU en la región (...) Si fracasa, será el fin» de las ambiciones estadounidenses en Oriente Medio, presagia. Londres y París Espoleado por su presencia en Irak, Londres llamó a la prudencia antes de apuntar a Siria. París, antigua metrópoli de Líbano, no dudó en otorgar credibilidad creciente a la recurrente «pista siria».
|
