GAROÑA
Greenpeace informó de que este problema fue detectado anteayer por parte de Nuclenor, empresa operadora de la central. La compañía y el Consejo de Seguridad Nuclear confirmaron a media tarde de ayer el suceso, que calificaron de «pequeña anomalía».Según la organización ecologista, el problema fue detectado «debido al aumento de los niveles de radiactividad, provocados por la rotura de alguna o algunas varillas de combustible nuclear».
«Este fallo es importante, ya que afecta al combustible nuclear que alberga la vasija del reactor, que es el verdadero corazón de la central nuclear», informó Greenpeace por medio de una nota de prensa.
También señaló que en estos elementos tienen lugar las reacciones de fisión nuclear, que generan gran cantidad de radiactividad. «Una rotura o anomalía en estos elementos advirtió Greenpeace provoca en primer lugar un aumento de liberación de radiactividad al circuito primario, que puede traducirse en un incremento de los niveles de radiactividad emitidos al medio ambiente exterior».
Este nuevo «incidente de seguridad» referido por la organización ecologista se produce nueve días después de la parada no programada del reactor, que tuvo lugar el pasado 3 de diciembre debido a un problema en el sistema eléctrico, según recordó la organización ecologista. «Estos nuevos fallos técnicos agregó se suman a los continuos errores humanos en su operación y a los graves problemas de agrietamiento por corrosión que afectan a diversos componentes de la vasija del reactor y del resto del circuito primario».
Greenpeace afirmó que «debido al peligroso funcionamiento y al evidente agotamiento de la vida útil de Garoña, es un error esperar hasta 2009 para proceder a su cierre definitivo, como ha decidido hacer el Gobierno», por lo que reiteró la necesidad de «cerrar esta central de forma inmediata». En este sentido, advirtió de que «entraña un riesgo inaceptable para la seguridad pública y el medio ambiente».