A Del Burgo habrá que darle las gracias, no perdonarle
No hay más que ver la furibunda crítica desatada contra él en sus propios círculos mediáticos para comprobar que la ausencia de Jaime Ignacio del Burgo en el Congreso español, a la hora en que debía defender la moción para definir como intocable el estatus de Nafarroa, ha sido mucho más que una «pifia». Que el diputado navarro llegara medio minuto tarde a la sesión puede resultar comprensible; lo asombroso es que ningún compañero del PPatendiera a los dos llamamientos de la presidenta del Congreso para que alguien enunciara la moción. Los diputados presentes del PP se encogieron de hombros, y eso ha debido suponer toda una puñalada para Del Burgo, mal acostumbrado a que sea en Madrid donde se saquen las castañas del fuego a sus intereses políticos. El desliz de Del Burgo y la pasividad del PP tienen más trasfondo que la simple anécdota:¿Qué hacen 350 diputados estatales debatiendo sobre el futuro de Nafarroa? Del Burgo pide perdón, pero en realidad lo que corresponde es darle las gracias por lo clarificador del episodio. Yreclamarle que acepte que el futuro de los navarros, y de todos los vascos, deben decidirlo ellos, sin pasar por Madrid. Donde, además, esto importa lo que importa. -
Ya lo dijo el «espía atómico»
Ehud Olmert ha dado un «resbalón». Ha reconocido que Israel tiene programa nuclear, y la UE le ha pedido explicaciones, aunque sin demasiados aspavientos. El primer ministro ha venido a confirmar lo que la comunidad internacional ya sabía, que Tel Aviv tiene armas que amenazan a la estabilidad de Oriente Medio, aunque no pague por ello el precio en forma de amenazas y sanciones que se aplica a otros países de la región, como Irán. La cuestión es si lo dicho por Olmert cambiará algo las cosas. Así lo espera el hombre que dio a conocer en 1986 la existencia de ese programa, el «espía atómico» Mordejai Vanunu, que ha pedido que se le levanten las restricciones de movimiento que soporta desde que saliera de prisión. -
Balza ya tiene mayoría para eludir a la AN
A instancias de un lapsus verbal del parlamentario del PP Carlos de Urquijo, el consejero de Interior, Javier Balza, mostró su disposición política a no llevar a los detenidos «por terrorismo» ante la Audiencia Nacional sino ante el juez natural, si para ello contaba con el apoyo de todos los grupos del Parlamento. Según el reglamento de la Cámara, no hay ningún acuerdo que precise de la unanimidad para su aprobación. Si Javier Balza desea de verdad dejar de colaborar con un tribunal de excepción cuya disolución ha pedido expresamente el Parlamento este mes, cuenta ya con el apoyo tácito de la mayoría de la Cámara. Y si lo quiere expreso, puede estar seguro de obtenerlo en cuanto el tripartito lo proponga. ¿Va a pasar de las palabras a los hechos? -
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