En las paredes de la Casa de Cultura Okendo del barrio donostiarra de Gros se pueden apreciar tres diseños de la plaza Cataluña. El primero, de Carlos Abadías y Aitzpea Lazkano, tiene forma de flor. «Hay un único lugar central al que se suman seis pétalos con diferentes usos: deporte, relajación, mayores, mascotas, niños de 0 a 6 años y niños de 6 a 13 años», explican en el texto.

Samaniego y Zuzunaga, autores de la segunda propuesta, consideran que la plaza debe ser «el corazón verde» del barrio, sin renunciar a su vocación de punto de encuentro. Además, piensan que «su carácter de centralidad tiene que potenciar el diseño de un mobiliario urbano específico que responda a la fuerte personalidad de Gros y valore su posición en la ciudad».

Por último, Lur Paisajistak da centralidad a las superficies blandas como el césped y el pavimento de goma de las zonas de juego infantiles. La iluminación también es relevante, ya que se utilizarían técnicas de teatro a fin de «potenciar la identidad de la noche que necesitan las plazas».

Aparte de esas tres alternativas, la casa de cultura muestra maquetas de niños; una plaza de música, un espacio para relajarse y relacionarse, una zona wi-fi, otra de baile, un espacio de agua para realizar carreras de barcos teledirigidos y el bidegorri.

Por la mañana, dos vecinas de Gros que estaban viendo la exposición comentaron a GARA que habían ido «por curiosidad», ya que apenas han seguido el proceso. «Las cosas cambian mucho desde el papel a la realidad», advirtieron señalando una fotografía de la plaza actual. «Por ejemplo, en la imagen se aprecian numerosas islas de hierba, pero en realidad no hay más que tierra, porque no se trabaja la hierba como se debiera». Preguntadas sobre la actuación del Ayuntamiento, respondieron que es «discutible» elegir tres proyectos entre siete sin mostrar los criterios de su criba, pero admitieron que si hubieran sometido a consulta más diseños el proceso se habría prolongado.

Al lado de las mujeres, otro ciudadano observaba con atención los dibujos. «Vivo en Gros desde hace 27 años y me parece que somos difíciles de contentar. Por eso acepto que propongan tres alternativas. Sería peor que llevaran a cabo la remodelación sin consultar nada. Tengo un nieto de 25 años que ha disfrutado muchísimo de la plaza, y creo que los niños de ahora harán lo mismo, sea cual sea el diseño», declaró.

«Yo soy bastante escéptica ­admitió otra vecina­. Pienso que estará todo más que adjudicado y lo que votemos servirá para poco. Sin embargo, me he animado porque me interesa el tema». Ha vivido en el barrio desde pequeña, primero en la plaza Nafarroa y ahora en los aledaños del Banco Guipuzcoano. Sus padres tienen más de 80 años y en verano no pueden disfrutar de la plaza. Hay poca sombra y no soportan el calor.

Miembros de Gros Bizirik quisieron elegir una cuarta alternativa que propone adecuar la plaza con las infraestructuras necesarias para que sea «un lugar de encuentro y recreo no consumista, referencial para actividades culturales». «No nos permiten ni reclamar ­denunciaron­. En vez de darnos las hojas de reclamaciones del Ayuntamiento, nos dan las de la Casa de Cultura».

«Antidemocratico»

Tras animar a los vecinos a votar por la cuarta opción, desde Gros Bizirik anunciaron que recogerán firmas y que el sábado por la mañana realizarán un acto en la casa de cultura. -