«De mare vasconum. La memoria perdida», un antídoto contra el alzheimer
Pese a que Miguel Laburu no ha podido ver el resultado de su trabajo, el libro «De mare vasconum. La memoria perdida» sirve para dar continuidad a su intento de poner al alcance del lector lo que de algún modo consideraba como un legado de importancia capital para su pueblo. El donostiarra se esforzó mucho en recuperar la larga historia de los vascos en el mar. En este sentido, según indica Jesús Mª Lizarraga, responsable de la edición, este libro viene a ser «el remate de su obra».
DONOSTIA
El donostiarra Miguel Laburu Mateo (1918-1999) dedicó buena parte de su vida a recuperar la larga historia de los vascos en el mar. Una historia en gran parte olvidada, según criticaron en la presentación de ayer, que el autor de este libro reconstruyó tanto con las investigaciones que dieron lugar a sus modelos a escala de naves vascas desde la Edad Media, como con la recopilación de una cantidad ingente de material hallado en los archivos.Tal y como consideró ayer José Angel Irigaray, de Pamiela, Laburu se congratularía al ver publicado al fin este libro, «que se presenta además en el museo y lugar de trabajo tan querido por él». Y es que el trabajo fue presentado en el Acuarium donostiarra, contando además para ello con Vicente Zaragüeta, presidente de la Sociedad Oceanográfica de Gipuzkoa (S.O.G.), Jesús Mª Lizarraga, responsable de la edición, y Joseba Laburu, hijo del autor. Si Zaragüeta aprovechó la ocasión para «hacer un homenaje de cariño, admiración y agradecimiento a Laburu por la ingente labor que realizó en esta entidad (S.O.G.), al resaltar que «fue un destacado investigador, muy querido; un hombre genial, pues su gran corazón sin fisuras se hizo querer y admirar por todos», José Angel Irigaray destacó «su entrega decidida a recuperar parcelas tan perdidas de la vida». A su juicio, este libro «recupera parte de nuestra historia, esa memoria que estamos perdiendo como pueblo alzheimerizado que somos. Es un antídoto contra el alzheimer», apos- tilló.
«Legado de importancia» Tras recordar que nadie sabía tanto como Laburu de la peripecia de los marinos vascos durante siglos, también incidieron en que su vocación no era la de un erudito, sino la de un divulgador. En este sentido, en “De mare vasconum” el autor trata de poner al alcance del lector lo que consideraba que era un legado de importancia capital para su pueblo, «puesto que gran parte de la vida del pueblo vasco se forjó en el mar».
El subtítulo “La memoria perdida”, por su parte, fue escogido por Laburu en alusión tanto al rico legado que forjaron los marinos vascos desde que hay memoria de ellos, como a la necesidad de recuperar y revivir la larga andadura de los mismos por sus mares.Lizarraga, responsable de la edición, explicó cómo Laburu solía decir que «si nosotros no escribimos la historia, otros nos la escribirán», para concluir recordando que «su patria ha sido el mar; en el mar está toda nuestra historia». En su opinión, este libro no es más que «el remate de su obra». Joseba, hijo del autor, se mostró muy agradecido por esta publicación «que me ha hecho recordar mucho a mi padre, y al gran trabajo que realizó». Miguel Laburu combatió en los batallones vascos en la Guerra del 36, y permaneció preso en campos de concentración de los estados español y francés. En 1946 se trasladó a Guinea Ecuatorial y no regresó a Donostia hasta 1955. Autodidacta, se decantó hacia la Historia Naval Vasca y fundó el Grupo de Historia y Modelismo Naval, que realizó diversas reconstrucciones arqueológicas de naves vascas antiguas. Al mismo tiempo, estudió las técnicas y el desarrollo de la arquitectura naval.
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