Un pequeño homenaje
El pasado sábado, en una tarde especialmente desapacible, el pueblo de Ataun rindió homenaje al que fue organista de la localidad durante cincuenta años, Joxe Kerejeta, mediante un concierto en la remodelada Iglesia de San Martin que sirvió también de marco para la presentación de un libro que narra las peripecias vitales del homenajeado. Se pudieron escuchar tres piezas de Kerejeta, sencillas, utilitarias, ajenas a cualquier preocupación estética, entre las que destacó, aunque sólo sea por su rareza, un “Ave María” consistente en una melodía superpuesta al famoso primer movimiento de la sonata “Claro de Luna” de Beethoven.
Junto a Kerejeta, se programaron un puñado de piezas de compositores vascos del siglo XVII y XVIII. Fue interesante contrastar hasta qué punto unos y otros se integraban en las distintas corrientes estilísticas de la época: especialmente atrayente resultó la preciosa “Sonata” en 5º tono de Fray José de Larrañaga (?-1806), de una escritura a lo Scarlatti ciertamente hábil; la cantata “Ah del Golfo”, de José Mir y Llusa (?-1765), que podría haber salido de una zarzuela de Literes; o la “Batalla famosa”, de un anónimo del siglo XVIII, que puso a prueba las registraciones de trompetería del órgano de Ataun, un magnífico ejemplar del tipo barroco ibérico.
Las interpretaciones fueron, al menos, voluntariosas, pero se notó la falta de ensayos. Destacó el Musikalis Abesbatza, que deparó momentos contundentes y de hermosa sonoridad, a pesar de cantar ateridos de frío y con las cazadoras puestas. Los solistas, del propio coro, se defendieron dignamente. El trabajo de la organista María del Carmen Azpeitia sí que fue irregular, transmitiendo una cierta inseguridad. En cualquier caso, al público, muy respetuoso, no pareció importarle demasiado estos detalles. -
Mikel CHAMIZO
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