IRUÑEA
El grupo Acciona proyecta construir junto al parque eólico de Aizkibel, en el término municipal de Galar, un centro piloto dedicado a la producción de hidrógeno a partir de energía eólica. A través de este proyecto se pretende experimentar la utilización del hidrógeno tanto en el ámbito del transporte como en la generación de electricidad.
La iniciativa ya ha sido calificada como pionera en el mundo, y la primera que experimenta en el Estado español el uso de esta energía renovable, al menos con el nivel de potencia previsto (700 KW), y con un enfoque integral en la obtención de forma limpia de un combustible, que se prevé revolucionará el sector del transporte en un plazo de 15 a 30 años, tal y como reconocen fuentes de la propia empresa.
De hecho, ya se anuncia que parte de la producción se trasladará a la nueva estación de servicio de Legarda, adjudicada a Acciona y que estará en funcionamiento en el 2007, cuando exista mercado. Por otro lado, está previsto que la nueva planta permita almacenar energía cuando interese al sistema eléctrico, por ejemplo, por la noche o cuando no haya viento que se pueda usar de motor.
El Ayuntamiento de Galar tramita ya la concesión de la licencia de actividad, y el proyecto ya ha salido a exposición pública, por lo que podría estar concluido en un plazo máximo de un año.
La infraestructura tendrá una altura de tres metros y ocupará unos 1.000 metros cuadrados de la ladera sur de la sierra de Erreniega, junto al parque eólico de Aizkibel. Producirá hidrógeno por electrólisis del agua, por lo que no generará emisiones de efecto invernadero, a diferencia del hidrógeno producido a partir de combustibles fósiles.
Además, han anunciado que el proyecto está concebido como centro experimental que funcionará durante 5 o 6 años y luego se desmantelará.
La compañía ha avanzado que en una hora de funcionamiento, 350 kilovatios de electricidad y 60 litros de agua se transformarán en 60 metros cúbicos de hidrógeno, el equivalente al contenido energético de 20 litros de gasolina.
El hidrógeno puede utilizarse en motores de combustión interna, adaptados, y no emite ni CO2 ni gases contaminantes propios de los combustibles fósiles. Un avance más es su uso en pilas de combustible, dispositivos que transforman el hidrógeno en electricidad suficiente para impulsar un vehículo eléctrico. EEUU y Japón lideran la investigación en esta materia, pero la UE también ha creado una plataforma para impulsar el uso de estas tecnologías en coches.
