Ingo NIEBEL
Retos de la Presidencia alemana de la UE
A partir de mañana, primer dia de 2007, Alemania liderara oficialmente la Union Europea hasta julio. Al mismo tiempo, asumira tambien la presidencia del grupo de los estados economicamente mas importantes, el G-8. Los principales retos de Berlin son empujar el proceso constitucional de la UE y definir las relaciones de la Union con EEUU y Rusia.
Me interesa el crecimiento, la política energética europea, una posición común para la proyectada protección del clima y la desburocratización con un consejo de control de las normas. Mediremos el balance estratégico en la Cumbre UE-América y en la Cumbre UE-Rusia y junto con la presidencia portuguesa quiero preparar bien un iniciativa de la UE para Africa. Y, al fin y al cabo, queremos hablar del proceso hacia un contrato constitucional», dijo la futura primera dama europea, la canciller alemana Angela Merkel, a principios de noviembre, cuando presentó a grandes rasgos los objetivos de su política europea.La jefa de Gobierno alemán será mañana la presidenta del Consejo europeo por un periodo de seis meses. Hereda la presidencia de Finlandia y la pasará a Portugal el 1 de julio de 2007. De hecho Alemania está presente ya desde el verano pasado en el Consejo Europeo porque este gremio suele estar compuesto por el país presidente, su antecesor y su sucesor. Este sistema se llama la «troika» y debe de ayudar a conservar la gobernabilidad de la UE. La última vez que Alemania dirigió la UE y el G-8 fue en 1999. La próxima vez será en 2020 si se mantiene la actual regla. Ahora, Merkel dirigirá las reuniones de su homólogos europeos que, a partir del 1 de enero, con el ingreso de Bulgaria y Rumanía, serán 26 más Alemania. La presidencia alemana coincide con las elecciones presidenciales en el Estado francés. Está por ver si esta circunstancia agilizará los proyectos de Merkel o a lo contrario los frenará. De hecho, Merkel se ha propuesto una serie de objetivos que afectarán a los ciudadanos de toda la UE: aparte de la protección del medio ambiente y de la política energética, los alemanes quieren mejorar la colaboración entre las policías y las justicias de los estados miembros. Como excusa sirven el «terrorismo internacional», el crimen organizado y la inmigración clandestina. En Alemania, el ministro de Interior, Wolfgang Schäuble cristianodemócrata como Merkel, ya está preparando el terreno para nuevos mecanismos de control: si fuera por él, el servicio secreto interior podría espiar incluso ordenadores privados sin orden judicial. El 8 de enero habrá una reunión conjunta del gabinete alemán con la Comisión Europea, el supuesto Gobierno de la UE. En teoría, tanto la Comisión como el Parlamento europeo tienen ciertos derechos a la hora de interferir en el trabajo de Presidencia de la UE, pero es esta última la que tiene la sartén por el mango. Sobre todo en momentos de desacuerdo entre los socios el poder de la Presidencia se hace notar cuando actúa de «moderador» en el momento que cada uno de los socios tiene que «pasar por el confesionario», es decir cuando intenta desbloquear la situación en conversaciones bilaterales. Es la Presidencia la que representa a la Unión en el ámbito internacional, tanto a la hora de firmar pactos con otros países como en los crisis internacionales. Merkel aprovechará el 50 aniversario de la firma de los Tratados de Roma que dieron lugar a la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1957 para justificar su política neoliberal que debe empujar el crecimiento de la economía en la UE. De especial interés será la Cumbre de la UE con Rusia prevista para mayo. En ella se tratará el suministro de gas de la UE que podría correr cierto riesgo si Moscú no logra acuerdos estables con Ucrania y Bielorrusia.
Relaciones UE-EEUU
De cara las guerras en Irak y Afganistán será importante la Cumbre con EEUU que se celebrará en abril. Con Merkel en la cabeza de la UE, la diplomacia estadounidense cuenta con una jefa de Gobierno muy abierta a la política internacional de la Casa Blanca. En el encuentro entre la máxima representante del Viejo Continente y el líder de la única potencia mundial, George W. Bush, se decidirá también si los transatlánticos, que buscan la alianza estratégica con Washington, seguirán ganando terreno frente a los europeístas, que optan por establecer a la UE como un competidor capitalista con EEUU. El acercamiento o no entre Bruselas y Washington tiene una importancia estratégica para la supervivencia política de los gobiernos progresistas en América Latina.Uno de los temas que Merkel no ha mencionado, pero que sí es importante para la Política Exterior y Seguridad Común (PESC), es la militarización de la UE. En noviembre terminaron las maniobras militares que han testificado la operabilidad del Primer Grupo de Combate de la UE, el EU BG I/2007. Esta unidad de intervención militar, compuesta por 1.500 soldados y compatible con la OTAN, estará activa a partir de enero. De cara a las presidencias alemana, portuguesa y eslovena, el eurodiputado alemán Tobias Pflüger (Die Linke) alerta: «La política militar de la UE deber ser entrelazada estrechamente desde los objetivos hasta su realización institucional con los conceptos de seguridad de la OTAN y con la política exterior de EEUU». Ni para ello ni para la organización interior de la UE Merkel ha previsto la participación de los ciudadanos de la UE. Por lo tanto, el debate sobre la Constitución europea y la discusión sobre la aplicación de las reglas neoliberales en la economía europea tendrán lugar en el ámbito gubernamental pero no en la calle.
Exclusion popular
Ante esta exclusión popular, que repite los errores que causaron el rechazo de la Magna Carta en los referéndums en los estados francés y holandés, se está organizando la resistencia. El núcleo organizador en Alemania es el movimiento antiglobalizador ATTAC. «Parece que en política de Europa alemana no se desean debates públicos» constata el catedrático de Política Económica, Jörg Huffschmid, miembro del consejo asesor de ATTAC. Con respecto a la política económica de Merkel, este gremio académico subraya: «La radicalidad del mercado no lleva a la fuerza económica y seguridad social, sino tiene como consecuencia la debilidad del crecimiento económico, desempleo, polaridad social y destrucción ecológica». ATTAC propone entre otras cosas unos mínimos sociales y ecológicos más un fuerte sector público. Esta organización prepara, asimismo, actividades en Alemania contra la cumbre de los G-8 que tendrá lugar en junio. -
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