LA HABANA
La Vigía, la finca colonial donde el novelista estadounidense Ernest Hemingway vivió durante 21 años, está siendo rehabilitada bajo la dirección de expertos cubanos, que cuentan con el apoyo de colegas estadounidenses.Estos especialistas ya han acabado la fachada y se esfuerzan por devolver el brillo antiguo a esta casa-museo, enterrada en la vegetación cerca del pueblo de San Francisco de Paula, a 25 kilómetros de La Habana, sin borrar los rastros dejados por Hemingway cuando lo ocupó entre 1939 y 1960.
La finca, construida a finales del siglo XIX por el arquitecto catalán Miguel Pascual y Baguer, ha sido restaurada en un 30%. Se espera que el proyecto culmine en 2008, indicó el arquitecto encargado de la obra Enrique Fernández.
Decorada con gusto, la finca, convertida en museo en homenaje a Hemingway por orden del presidente Fidel Castro en 1961, expone a libros, discos, muebles y pinturas que pertenecieron al escritor, así como una radio y un tocadiscos. Además, diversas fotos muestran su pasión para la pesca, la caza y el boxeo.
«Tratamos la madera contra las termitas y debemos también luchar contra la humedad y el sol», explicó Fernandez. En el curso de la restauración sólo ha sido modificado el 27% de los materiales originales. Ahora, también se rehabilitarán la piscina, el palomar, los jardines, las sendas y el yate El Pilar, según Manuel Palacios, consejero del Patrimonio Cultural de Cuba.
Víctima del embargo de EEUU
El proyecto promovido por este organismo y realizado por la empresa de restauración de la oficina del Historiador de La Habana, costará 1,2 millón de dólares. Los gastos son asumidos por Cuba ya que en virtud del embargo de Washington en contra de la isla desde hace 45 años, ninguna institución americana puede financiarlo. Ada Rosa Alfonso, directora del museo, subraya que la ONG estadounidense National Trust of Historic Preservation se ofreció para financiar el proyecto. «Es una de numerosas consecuencias absurdas del embargo», lamenta.
Nacido el 21 de julio de 1899 en Chicago, Hemingway escribió en esta finca varios libros entre los que estuvieron su novela más célebre “El viejo y el mar”, por la que recibió en 1954 el Premio Nobel de Literatura.Con su 1,82 metros de altura, estuvo obsesionado por su peso y lo medía muchas veces al día, inscribiendo el resultado sobre la pared de un cuarto de baño de la finca Vigía.