Ana Urmeneta - responsable de Salud Laboral de Osasunbidea del sindicato ELA
Interferencia de las visitas y más agresiones
Las quejas del personal sanitario sobre el exceso de visitas de las plantas maternales del Hospital de Virgen del Camino obligaron a la Dirección a formar una comisión formada por representantes del personal, Aten- ción al Paciente y la propia Dirección para que estudiase la forma de limitar el número de las mismas. Esta comisión se reunió durante varios meses, pero, al no llegar al objetivo marcado, dejó de convocarse.
No obstante, ante las reiteradas muestras de malestar, el sindicato ELA respondió elaborando un cuestio- nario con el doble fin de recoger información e intervenir si se demostraba su influencia negativa en las condiciones laborales. El cuestionario, que consta de siete ítemes y un apartado de sugerencias, se destinó a la totalidad de la plantilla: auxiliares de enfermería, enfermeras y enfermeros, ginecólogos y ginecólogas, pediatras, servicio de limpieza y jefas de unidad. La de casi el 90 por ciento ha aportado fiabilidad a las respuestas, y se consideran alarmantes las conclusiones, que confirman la interferencia de las visitas en el trabajo diario y constata un incremento de las agresiones externas.
Según el 93 por ciento de las y los encuestados, las visitas interfieren en el trabajo del personal obstaculizando la realización de sus tareas, la atención de enfermería y cuidados, el pase de visitas médicas y la comunicación con las pacientes. Asimismo, alteran los ritmos de sueño de los recién nacidos, entorpecen la recuperación de las madres y dificultan el fomento de la lactancia materna.
De igual manera, la presencia en el hospital de bebés en silletas y de menores que corretean por los pasillos, algo habitual en los últimos años, es inadecuado en un centro hospitalario y no es considerado beneficioso por el 90 por ciento de los profesionales. Recordemos el riesgo de contagio de infecciones como la varicela, frecuente en los menores y de alto riesgo para la mujer embarazada.
Asimismo, es mayoritaria la solicitud del establecimiento de un horario que respete la visita médica, las comidas y cenas, la siesta y el descanso nocturno.
También se ha confirmado el incremento de muestras de mala educación, amenazas y agresiones, especialmente ante la solicitud de reducir el número de acompañantes. Este conjunto de situaciones que enturbian el clima de cordialidad y respeto, indispensable para dar un buen servicio público, muestran la conveniencia de articular accio- nes dirigidas a prevenir el conflicto. Por ello, la primera acción de ELA fue informar a la consejera de Salud, María Kutz, y al director general de Osasunbidea, Javier Sádaba, de los resultados de este estudio. Desde la Consejería se pidió una propuesta de intervención; una vez presentada, mantuvimos una nueva reunión con la consejera y el Gerente del Hospital Virgen del Camino, doctor González Fandós. Se respondió que en estos momentos el asunto no era prioritario y que se retomaría el tema a partir del mes de enero de 2007, reabriéndose la Comisión de Control de Visitas, en la cual se estudiaría la propuesta de ELA junto a otras de la Dirección del Hospital.
Ante la proximidad de las fechas, se ha creído conveniente dar a conocer a la opinión pública esta situación y recordar al Servicio Navarro de Salud que no puede mantenerse ajeno a estos hechos, en virtud de lo establecido en el artículo 14.2 de la Ley 31/1995 de 8 de noviembre sobre Prevención de Riesgos Laborales que estipula que «la empresa deberá garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores a su servicio en todos los aspectos relacionados con el trabajo». Por ello solicitamos se elabore a la mayor brevedad un plan dirigido a corregir este problema emergente. Además, la coincidencia en el tiempo de la puesta en marcha de un grupo de trabajo destinado a estudiar la prevención de agresiones, promovido desde el Comité Coordinador de Seguridad y Salud, podría reforzar una campaña de sensibilización dirigida al área maternal.
La solución debería ir encaminada a fomentar una cultura de respeto mutuo a través del diálogo, la información y el establecimiento de un sistema de prevención y actuación que permita garantizar que la actividad en el centro se realice en mejores condiciones. -
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