Abbé Pierre, la muerte de un hombre justo
Henri Grouès, más conocido como el Abbé Pierre, falleció ayer en un hospital de París. Con la muerte del fundador de los Traperos de Emaús se acalla la voz de la conciencia de la sociedad francesa; enmudece la palabra de quien estuvo siempre en el lugar en que debía estar: durante la ocupación, luchando en la Resistencia, en la posguerra azuzando desde su tribuna parlamentaria por el cambio social y en el último medio siglo de su vida, junto a los excluidos. Conocido es su llamamiento a la solidaridad, en el frío invierno de 1954, y ese compromiso con los sin techo le ha acompañado hasta la muerte. No es muy común que un personaje que no dispone de riqueza y poder sea considerado como la persona más influyente de un país. Durante décadas, los franceses han votado por ese religioso alejado de la jerarquía vaticana, por ese insumiso a las prebendas del poder. A su muerte le elogiarán a derecha e izquierda, pero sus azotes permanentes a las leyes de la exclusión, a las normas de seguridad interior, no dejan lugar a dudas. Ante los intentos de maquillar su imagen y de ceñir su obra al asistencialismo, conviene repasar sus proclamas a favor de la desobediencia a las leyes injustas o su denuncia del genocidio palestino, que le acarreó un auténtico linchamiento mediático patrocinado por el lobby judío francés. Ha muerto el Abbé Pierre, un hombre justo. -
EEUU y UE buscan un gobierno afín
En las elecciones celebradas esl pasado domingo en Serbia ha resultado ganador el movimiento defensor de la «Gran Servia» SRS, aunque sus líderes ya han reconocido que los votos obtenidos no han sido suficientes como para que puedan pensar en la conformación de un gobierno. Esa tarea está ahora en manos de quienes en este último periodo ya han estado dirigiendo el país: el DS del actual presidente Boris Tadic, y el DSS de Vojislav Kostunica, actual primer ministro. A ambos están apremiando tanto EEUU como, sobre todo, la Unión Europea, que buscan de esta manera dotarse en Serbia de un gobierno afín en la región. -
La siempre oculta brutalidad policial
Tras la sentencia del Tribunal Supremo declarando a Jarrai, Haika y Segi «terroristas», las convocatorias de jóvenes independentistas han sido entorpecidas por la acción policial, en un convulso fin de semana del que algunos sólo destacan una cara. En Iruñea, miembros de la Policía foral entraron en la herriko taberna de Alde Zaharra tirando todo al suelo, poniendo contra la pared y amenazando a quienes allí estaban. En Lekeitio, una pelota de goma lanzada por la Ertzaintza rompió todos los huesos de la nariz a una mujer que se encontraba en la plaza del Ayuntamiento. Son dos ejemplos de la cara del fin de semana que ha quedado oculta. -
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