CONAKRY
El número oficial de muertos en los disturbios registrados esta semana en Guinea entre manifestantes antigubernamentales y fuerzas de seguridad es de 59, según las cifras difundidas por el Ministerio de Sanidad, que se suman a los trece fallecidos la pasada semana. Cerca de 44 personas murieron en los enfrentamientos del lunes en la capital, Conakry, mientras que los otros quince fallecieron en otros puntos.
Las muertes ocurrieron cuando las fuerzas de seguridad de la Policía y el Ejército dispararon contra los manifestantes que reclamaban la dimisión del presidente, Lansana Conté, y la entrega del poder a un Gobierno civil de transición.
Las protestas se enmarcan en la huelga general que comenzó el 10 de enero, convocada por las tres principales organizaciones sindicales del país, cuyos secretarios generales fueron detenidos el lunes por los «boinas rojas» de la guardia presidencial. Los sindicatos denuncian la corrupción, la malversación de fondos públicos y la liberación, por parte de Conté, de allegados suyos encarcelados con cargos judiciales.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Louise Arbour, ha solicitado una investigación independiente sobre la muerte de manifestantes desarmados a manos de las fuerzas de seguridad. Arbour expresó su preocupación por el deterioro de la situación en Guinea y citó informes sobre el uso «excesivo» de la fuerza por parte de policías y militares.
La Confederación Sindical Internacional (CSI), por su parte, exigió la inmediata e incondicional liberación de los dirigentes sindicales e instó a Conté a ordenar a las fuerzas del orden que no utilicen fuego real contra los manifestantes.
El Ejército de Guinea-Bissau negó haber enviado tropas en apoyo del Gobierno de Guinea.