Alvaro Reizabal - Abogado
Jamón de york, yogur y mentiras
Un libelo que se edita en Madrid y que, incomprensiblemente, se hace llamar “La Razón”, publicaba en la portada del sábado 20 de enero el siguiente titular: «De Juana Chaos rompe de nuevo su huelga de hambre; se encuentra bien, se alimenta de jamón de york y yogur y elogia el trato que recibe». La noticia tenía su desarrollo en páginas interiores, donde se daba cuenta de que el «etarra» había pedido ingerir dieta blanda a los sanitarios que le atienden en el hospital y había vuelto a quebrar su promesa de seguir hasta el final. Afirmaban, sin pudor alguno, que su información procede de fuentes de toda solvencia y que ha ingerido en varias ocasiones lo que los médicos llaman dieta blanda, tras solicitar personalmente y de forma voluntaria este tipo de alimentos al personal sanitario que le asiste. Más adelante se da cuenta de que, tal como ya hizo en el hospital de Algeciras, donde comía a escondidas leche, pan bimbo, miel y jamón de york, complementa su dieta con la alimentación que se le suministra por vía intravenosa, lo que explicaría el excelente estado general que presenta su organismo, pese a permanecer casi dos meses en huelga de hambre, un milagro similar al que se produjo durante los más de dos meses que duró su primera protesta. Luego, se compara la situación de Iñaki, de 51 años, con la de Bobby Sands, que murió deshidratado después de 66 días sin ingerir comida pese a tener 27 años y ser deportista. La página se completaba con un faldón titulado «Un asesino sanguinario e irredento», que como se puede suponer contenía varias flores dedicadas al huelguista.
Dos días después, el lunes 22, la Audiencia Nacional daba traslado a las partes personadas de un informe firmado por los tres médicos responsables de la situación de Iñaki, en el que se concluye que pese a la alimentación forzosa, de persistir en su negativa a ingerir alimentación, puede producirse a medio plazo una situación irreversible con resultado de muerte o graves secuelas, no siendo descartable en modo alguno eventos intercurrentes que pueden condicionar muerte súbita, no prevenible a pesar de los controles realizados. Por si alguien pudiera sospechar de la falsedad de los datos de ese dictamen médico, se ha de añadir que los forenses adscritos al tribunal emitieron otro el 17 de enero, en el que afirmaban que su situación era compatible con la huelga de hambre dada su evolución clínica, y que de continuar así, la evolución esperada es el fallecimiento. ¿Qué explicación dará “La Razón” a las perversidades publicadas, a la vista de los informes médicos a que nos referimos? Pues muy probablemente ninguna, porque hay quienes con tal de descalificar a una persona y a su causa son capaces de cualquier cosa, hasta de ésto. -
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