Andrea pide que el policía acusado de violación no ejerza
·Apoya la acusación contra el agente municipal que violó a una inmigrante
La asociación en defensa de los derechos de las mujeres, Andrea, destacó la valentía de la ciudadana marroquí que denunció a un agente municipal de Iruñea después de que éste presuntamente la violara. El policía asegura que las relaciones sexuales entre ambos fueron consentidas.
IRUÑEA
La asociación Andrea ha mostrado su «solidaridad» a la ciudadana marroquí que el 5 de abril de 2006 fue presuntamente violada por un policía municipal de la capital navarra, además de destacar su valentía por denunciar a un funcionario y mostrar su «adhesión» a la acusación contra dicho agente.Además, la asociación en favor de los derechos de las mujeres ha solicitado «el apoyo de todas las personas que no aceptan que nadie utilice la fuerza, el poder o la autoridad para obtener favores, en este caso sexuales». Asimismo, exigió que el agente, Miguel Angel I.B., no vuelva a ejercer de policía, ya que «difícilmente puede ayudar a la ciudadanía a ser más que misógino, racista y machista».
El fiscal pide 10 años
Los hechos por los que la Fiscalía pide 10 años de prisión para Miguel Angel I.B., y la acusación particular 14, ocurrieron el 5 de abril de 2006.Ese día, la ciudadana marroquí acudió a dependencias de la Policía Municipal a pedir unos vales para dormir en una pensión. Según la víctima, el acusado le dijo que le podría ayudar a encontrar un trabajo, por lo que la mujer apareció nuevamente en el puesto del agente al cierre de las dependencias. Afirmó que éste se la llevó a casa y mientras estaba duchándose por gentileza del agente, entró y la obligó a hacerle una felación. La víctima, notoriamente asustada durante el juicio celebrado el pasado jueves, afirmó que aunque al principio el acusado se mostró muy gentil, al llegar a su casa de la localidad de Burutain, a 17 kilómetros de Iruñea, comenzó a beber y le miraba con «ojos de asesino». La víctima aseguró que durante la noche, el agente la obligó a practicar sexo oral hasta en cinco ocasiones, pero que al intentar la penetración, él «no pudo». Por ello la llevó a un albergue de Iruñea, sin darse cuenta, al principio, que ella le había sustraído el teléfono móvil para usarlo a modo de prueba. Al día siguiente la ciudadana marroquí se personó en las mismas dependencias policiales en las que el día anterior se topó con el acusado, donde interpuso la correspondiente denuncia. Miguel Angel I.B., por su parte, declaró que fue la mujer quien insistió en que fueran a su casa y que se mostraba «muy sonriente». También afirmó que fue la chica quien le invitó a practicar sexo oral, y que él no la obligó a nada. Ahora, el juicio está pendiente de resolución.
La versión de la víctima, «coherente» para los agentes
La víctima aseguró que en el momento de interponer la denuncia, los agentes municipales compañeros de su agresor la atendieron «con mucho cariño y respeto», y la apoyaron evitando que el acusado, que estaba amenazando a la ciudadana marroquí, llegara hasta ella. Además, los agentes corroboraron el tono intimidatorio del acusado durante la interposición de la denuncia a la vez que destacaron «el miedo» que mostraba mientras relataba su versión de lo ocurrido en casa de Miguel Angel I.B., una versión que calificaron como «coherente». -
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