Dinamarca, un paraíso social conectado al modelo de flexiseguridad
Dinamarca es un paraíso social. Puso en marcha el modelo de flexiseguridad que la Unión Europea quiere llevar a la práctica. Existe el peligro de que los empresarios y los gobiernos sólo adopten una parte de ese modelo de éxito, la flexibilidad, y se olviden de la protección social y de elevar los salarios es real.
La aplicación de la flexiseguridad, que en este momento se encuentra en pleno apogeo en la Unión Europea, surgió en Dinamarca, un país nórdico en el que la protección social cobra vida y protagonismo, aunque también guarda sus lados oscuros guiados por un modelo cada vez más neoliberal, sobre todo cuando se hace referencia a los emigrantes y a los refugiados. El Gobierno danés descentralizó la política de empleo y su competencia se encuentra a nivel regional y local.La política laboral se sustenta en tres vértices fundamentales. Combina un mercado laboral totalmente flexible en el que se contrata y despide «sin restricciones», pero que permite un «alto nivel de seguridad», ya que los desempleados tienen derecho a «unos beneficios sociales generosos a nivel económico» y, a la vez, potencia políticas activas de empleo, «por- que garantiza que los parados estén disponibles para trabajar, mediante la continuidad de la formación y la capacitación profesional». Todo esto se logra dentro de un clima de diálogo social «sólido y muy avanzado» entre los sindicatos, que tienen un 80% de afiliación de la fuerza de trabajo, y los empresarios. La explicación de la elevada afiliación danesa tiene que ver con que los sindicatos gestionan el empleo y las prestaciones del paro y de las pensiones, que tienen carácter privado. En Euskal Herria la afiliación sindical se encuentra entre el 25% y el 30%. Nada que ver. La Administración pública no interviene en las negociaciones entre empresarios y sindicatos. El presidente del comité de relaciones internacionales de esa región danesa que tiene su sede en Viborg, Poul Müller, explicó que cada dos años se negocian las condiciones salariales y de formación en todos los sectores sobre la base de «la cooperación y del entendimiento». Müller dijo que desde 1998 no se había producido una «gran huelga» en Dinamarca. Las diferencias, si las hay, se solventan por medio de un organismo mediador, que fija una resolución que «se aprueba por el Parlamento danés, que tiene rango de ley, es decir se tiene que cumplir por ambas partes. Antes de llegar a esa situación hay, generalmente, un acuerdo. Este es el secreto de la buena sintonía entre ambas partes», precisó este responsable regional de Middle Jutland. Una delegación de la Diputación vizcaina, encabezada por el diputado foral de Empleo y Formación, Julio Artetxe (EA), se desplazó a la región de Middle Jutland para desentrañar ese paraíso social en las gélidas tierras danesas. Bizkaia, en este caso, y Dinamarca guardan sólo una similitud en cuanto al desempleo, ya que la tasa de paro está en torno al 4%. Es el único punto de comparación, porque la tasa de temporalidad danesa no sobrepasa el 11% y, en cambio, la vasca se encuentra próxima al 30%. En Dinamarca, el trabajo a tiempo parcial es voluntario y representa el 22%. Según Müller, 800.000 daneses cambian de empleo al año, pero son «empleos de calidad». En este caso otro dato importante que salió de la reunión entre Artetxe y el responsable regional fue que «al año se des- truyen 250.000 empleos, pero se crean otros 250.000 puestos de trabajo. Hay mucho dinamismo en el mercado laboral danés». Bizkaia, por su parte, ha conseguido el «milagro» de la reducción de la tasa de desempleo a cambio de «precarizar los puestos de trabajo» y pagar unos salarios bajos, nada comparables con los de Dinamarca, donde se trabajan por ley 37 horas a la semana, frente a las 40 horas legales en el ámbito laboral vasco. Artetxe reconoció en Viborg que se debe potenciar el empleo de calidad, «porque de ese modelo danés tenemos la flexibilidad, pero no existe seguridad, como ocurre en Dinamarca». El debate que se está propiciando en la Unión Europea en torno al modelo de flexiseguridad danés tiene el peligro de que la Administración pública y los empresarios lo interpreten desde un punto de vista de recorte de las condiciones laborales, como está ocurriendo en el Estado español, reforma laboral tras reforma. El modelo danés no cuenta con un salario mínimo como tal, frente a los 570 euros del Estado español, pero, a cambio, los daneses con titulaciones superiores disponen de un sueldo mínimo mensual de 3.810 euros. Para el resto de desempleados, las prestaciones alcanzan los 2.580 euros al mes durante un máximo de cuatro años. «La entrada y salida de nuevos trabajadores es tan amplia, que prácticamente a nadie se le agota ese período», dijo Müller. El sistema fiscal danés también cuenta con elementos diferenciadores respecto al vasco. Los daneses más adinerados tienen que pagar un tipo máximo en la renta del 59%, mientras que en Bizkaia ese margen se reduce al 43%, lo que deriva en la posibilidad de que la protección social sea tan elevada en Dinamarca. La delegación vizcaina se reunión también con los representantes de los sindicatos. En Dinamarca existe una organización importante denominada LO, socialdemócrata, que es una confederación que agrupa a otros sindicatos menores. Según informaron sus responsables, «gestionan el mercado laboral, el sistema de prtección social, la caja de seguro y las prestaciones por desempleo». Un problema fundamental que esa organización sindical destacó en Aarhus fue el proceso de globalización que está generando la deslocalización empresarial. Según sus cálculos, como transmitió Julio Artetxe, en esa ciudad danesa se perderán en los próximos siete años más de 10.000 empleos. «Nos dijeron que no les preocupa, porque se reciclarán y encontrarán nuevos puestos cualificados». La base fundamental del modelo danés es «invertir en la formación y cualificación de los trabajadores, porque es así como se logra el éxito». Cada empleado danés cuenta al año con dos semana pagadas para formación continua. Según explicó Hans Halvorsen, secretario general de la confederación sindical LOa nivel local, desde 1912 a 1970 los sindicatos se hicieron cargo de la caja de seguros. Después recuperó ese modelo el Estado, pero a mediados de los noventa pasó de nuevo a un modelo sindical. Según los datos que aportó Halvorsen, cada trabajador paga 420 euros para atender la protección por desempleo. «Al fondo de pensiones se paga el 10,8% del salario bruto. Dos tercios de este pago corren a cargo del empresario y un tercio a cuenta del trabajador». En este caso hay que tener en cuenta que un trabajador cualificado recibe doce pagas mensuales de en torno a 10.000 euros brutos cada una, de los que «el 65% es lo que le queda neto, una vez contribuido a las cargas sociales». Los de menor cualificación reciben en torno a 5.000 euros al mes. Nada comparable con los sueldos medios de Euskal Herria, de 22.000 euros anuales. -
AARHUS (DINAMARCA)
Los emigrantes cobran menos y están explotados
Los emigrantes y refugiados cobran menos que el resto de los trabajadores y sufren la explotación. Una de las tareas que anunciaron los sindicatos es mantener un cierto control, mediante inspecciones, a los centros de trabajo «para evitar la explotación». La confederaicón sindical más importante, LO, trata de que esa pérdida de calidad no avance porque «van a traer a polacos y les van a pagar tres veces menos que a nosotros». En el barrio Nyvirk, en Aarhus, existe una iniciativa de apoyo a inmigrantes. Se creó un mercado e impulsaron servicios para el desarrollo de ese barrio desfavorecido. Sus responsables reconocieron que «se ha avanzado», pero también que «se ha convertido en un ghetto». Desde la implantación de la zona euro «es peor, se está abandonando la política social en Dinamarca». -
Descentralizacion de las oficinas de empleo
Un tema muy importante que destacó el diputado foral vizcaino de Empleo y Formaicón fue el sistema de descentralización de las políticas de empleo en favor de las regiones y los municipios. «Antes de que esas competencias llegarían a Bizkaia, si nos hacemos eco de este paso danés,el Gobierno de Madrid tendría que transferir las políticas activas y el Inem al Gobierno vasco», explicó Artetxe. En este caso, reclamó, por otro lado, que se debe impulsar el empleo de calidad, «una vez que ya hemos reducido el paro».Un año de permiso maternal
En la ciudad de Ry, la delegación vizcaina visitó la empresa Pressalit, que fabrica 1,4 millones de tapas de los inodoros y factura en torno a 72 millones de euros anuales. Cuenta con 470 empleados y se encuentra muy robotizada y desarrollada a nivel tecnológico. Según explicó Dan Boyter, director general, el modelo danés de responsabilidad social empresarial prima y cualifica al trabajador para que la conciliación de la vida familiar sea una realidad. En Dinamarca, el permiso maternal se extiende a dos semanas antes del parto y otras catorce después. El permiso paternal es por dos semanas y otras 32 adcionales a repartir entre la madre y el padre a su conveniencia. En Pressalit, sin embargo, esa conciliaicón se alarga a todo un año. «Queremos ir pode delante de la legislación, porque un buen clima de trabajo nos permite mantener un nivel más destacado en la relaciones laborales», señaló Dan Boyter en su exposición.
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