MOGADISCIO
El Gobierno títere somalí atribuyó ayer a la Unión de Tribunales Islámicos los enfrentamientos violentos que sacuden la capital, Mogadiscio. Ningún grupo ha reivindicado la autoría de los últimos ataques, pero los islamistas amenazaron con una guerra de guerrillas poco después de sucumbir a la ofensiva conjunta de las fuerzas del Gobierno y el Ejército etíope. «Quieren desestabilizar al país para demostrar que no existe la paz en Somalia», declaró el portavoz gubernamental Abdirahman Dinari. Bajo la ley marcial, el Gobierno comenzó esta semana una amplia operación de despliegue de fuerzas de seguridad ante la inminencia del repliegue de las tropas etíopes. El viernes milicianos atacaron con fuego de mortero una base etíope situada en las afueras de Mogadiscio, y un total de cinco personas fallecieron y otras cuatro resultaron heridas en varios ataques de mortero en la capital. Por su parte, tropas etíopes allanaron en Mogadiscio las oficinas de una ONG y arrestaron a seis de sus empleados.
Un portavoz del Gobierno afirmó que 23 milicianos islámicos prisioneros fueron trasladados en avión a Mogadiscio desde la vecina Kenia. Sin embargo, testigos en el aeropuerto afirmaron que los arrestados, incluyendo mujeres y niños, eran 32.
Gobierno de unidad nacional
Una vez derrocado el movimiento de los Tribunales Islámicos, las autoridades somalíes parecen encontrarse en la misma situación de 2004, cuando se creó el Gobierno títere, apoyado por la comunidad internacional.
Por ello y para impedir que el país vuelva a vivir la misma situación, el International Crisis Group (ICG)cree que el Ejecutivo somalí debería reconstituirse en un Gobierno de unidad nacional que integre a elementos islámicos y líderes locales.
Además, según remarcó ICG, la comunidad internacional debería apoyar con fuerza este proceso de «reconciliación nacional si quiere que no se rinda a la perpetuación y repetición del conflicto o a la incubación del extremismo».
