Los colonos judíos en Hebrón actúan al margen de la Ley
Los vecinos de hebrón tienen que aguantar día tras día la prepotencia y los ataques de los colonos israelíes acantonados en esta ciudad cisjordana. Todo el mundo lo sabía, pero nadie había hecho nada. Una palestina acaba de grabar el acoso al que se ve sometida diariamente. En Israel ha surgido la polémica, pero nadie piensa que la situación pueda mejorar.
Cuando su hija grabó un vídeo que mostraba a una colona israelí agrediendo a su familia, Tayssir Abu Aicha, un palestino vecino de Hebrón, estaba convencido de que en Israel se formaría un escándalo, aunque no pensaba que sus condiciones de vida fueran a mejorar.
«El vídeo de Fida'a permite mostrar al mundo qué pasa aquí . Enseña cómo los colonos nos agreden todos días. Después, no tenemos más que buenas palabras. Pero nadie hace nada", cuenta Abu Aicha.
Cada día, para poder llegar a su puesto de venta de ropa en el zoco, tiene que atravesar el muro levantado en la calle Chuhada, pasar por delante de las casas de los colonos israelíes y atravesar un puesto de control construido con una caravana provista de arcos de seguridad. A comienzos de enero, su hija Fida'a grabó, con una cámara de la asocación de defensa de los derechos humanos israelí B'tselem cómo una mujer llamaba «puta" a su madre durante varios minutos. Esta mujer es residente de la colonia judía establecida en el corazón de Hebrón. En un segundo plano, podía verse como un soldado israelí asistía a lo que sucedía sin intervenir.
«Mis hijos más pequeños lo único que querían es salir para ir a la tienda, pero esta mujer no les dejaba", prosigue Abu Aicha mientras camina por la calle que lleva a su casa. Un grupo de soldados apostados en una garita impide a cualquier extranjero acercarse hasta su domicilio. Tras la difusión del vídeo en Israel se han sucedido las protestas, hasta el punto de que el primer ministro israelí, Ehud Olmert, expresó su vergüenza ante estas imágenes.
Según explica Abu Aicha, este vídeo no hace más que reflejar, una vez más, las condiciones de vida de los palestinos en el Casco Antiguo de Hebrón, agredidos con regularidad por 500 colonos extremistas que viven en esta ciudad. Los colonos israelíes ocupan el entorno de la Tumba de los Patriarcas, lugar santo venerado tanto por judíos como por musulmanes, y goza de una fuerte protección del Ejército hebreo.
El Casco Antiguo está desierto. Las persianas metálicas de decenas de establecimientos están bajadas después de permanecer durante años bajo las órdenes del Ejército ocupante «por motivos de seguridad". A los coches palestinos se les prohíbe circular y los controles de identidad a ciudadanos palestinos son constantes.
AGRESION CONSTANTE
«Los colonos nos presionan constantemente para obligarnos a marcharnos. Nos tiran piedras, nos lanzan agua, nos insultan. Están por encima de las leyes", se lamenta Abu Aicha.
B'tselem espera, sin hacerse demasiadas ilusiones, que este nuevo escándalo obligue al Gobierno y al Ejército israelí a aplicar la ley contra los colonos de Hebrón. «Es una situación que dura ya muchos años. La falta de respeto a la ley es un debate que está abierto desde hace tiempo. Pero no se ha hecho nunca nada", afirma Sarit Michaéli, portavoz de la organización de derechos humanos.
«Cada vez que un palestino ataca o mata a un israelí, se aplican medidas muy severas. Pero cuando sucede a la inversa, entra en vigor el toque de queda convertiendo Hebrón en una ciudad fantasma", añade.
«La violencia contra los palestinos ha alcanzado proporciones alarmantes. Y sobre el terreno, no hemos visto ningún cambio", confirma Limor Yehuda, abogado israelí y defensor de los derechos civiles.
El Ministerio israelí de Defensa siempre emplea el mismo argumento. «Hebrón es muy problemático. Los árabes y los colonos viven juntos y surgen problemas", justifica Benny Shahino, portavoz del viceministro de Defensa, Efraim Sneh, que en cualquier caso, anuncia que están trabajando para que los colonoes no violen la ley.
«El vídeo de Fida'a permite mostrar al mundo qué pasa aquí . Enseña cómo los colonos nos agreden todos días. Después, no tenemos más que buenas palabras. Pero nadie hace nada", cuenta Abu Aicha.
Cada día, para poder llegar a su puesto de venta de ropa en el zoco, tiene que atravesar el muro levantado en la calle Chuhada, pasar por delante de las casas de los colonos israelíes y atravesar un puesto de control construido con una caravana provista de arcos de seguridad. A comienzos de enero, su hija Fida'a grabó, con una cámara de la asocación de defensa de los derechos humanos israelí B'tselem cómo una mujer llamaba «puta" a su madre durante varios minutos. Esta mujer es residente de la colonia judía establecida en el corazón de Hebrón. En un segundo plano, podía verse como un soldado israelí asistía a lo que sucedía sin intervenir.
«Mis hijos más pequeños lo único que querían es salir para ir a la tienda, pero esta mujer no les dejaba", prosigue Abu Aicha mientras camina por la calle que lleva a su casa. Un grupo de soldados apostados en una garita impide a cualquier extranjero acercarse hasta su domicilio. Tras la difusión del vídeo en Israel se han sucedido las protestas, hasta el punto de que el primer ministro israelí, Ehud Olmert, expresó su vergüenza ante estas imágenes.
Según explica Abu Aicha, este vídeo no hace más que reflejar, una vez más, las condiciones de vida de los palestinos en el Casco Antiguo de Hebrón, agredidos con regularidad por 500 colonos extremistas que viven en esta ciudad. Los colonos israelíes ocupan el entorno de la Tumba de los Patriarcas, lugar santo venerado tanto por judíos como por musulmanes, y goza de una fuerte protección del Ejército hebreo.
El Casco Antiguo está desierto. Las persianas metálicas de decenas de establecimientos están bajadas después de permanecer durante años bajo las órdenes del Ejército ocupante «por motivos de seguridad". A los coches palestinos se les prohíbe circular y los controles de identidad a ciudadanos palestinos son constantes.
AGRESION CONSTANTE
«Los colonos nos presionan constantemente para obligarnos a marcharnos. Nos tiran piedras, nos lanzan agua, nos insultan. Están por encima de las leyes", se lamenta Abu Aicha.
B'tselem espera, sin hacerse demasiadas ilusiones, que este nuevo escándalo obligue al Gobierno y al Ejército israelí a aplicar la ley contra los colonos de Hebrón. «Es una situación que dura ya muchos años. La falta de respeto a la ley es un debate que está abierto desde hace tiempo. Pero no se ha hecho nunca nada", afirma Sarit Michaéli, portavoz de la organización de derechos humanos.
«Cada vez que un palestino ataca o mata a un israelí, se aplican medidas muy severas. Pero cuando sucede a la inversa, entra en vigor el toque de queda convertiendo Hebrón en una ciudad fantasma", añade.
«La violencia contra los palestinos ha alcanzado proporciones alarmantes. Y sobre el terreno, no hemos visto ningún cambio", confirma Limor Yehuda, abogado israelí y defensor de los derechos civiles.
El Ministerio israelí de Defensa siempre emplea el mismo argumento. «Hebrón es muy problemático. Los árabes y los colonos viven juntos y surgen problemas", justifica Benny Shahino, portavoz del viceministro de Defensa, Efraim Sneh, que en cualquier caso, anuncia que están trabajando para que los colonoes no violen la ley.