Carta a la consejera de Medio Ambiente del Gobierno Vasco
Ione Otaegi Imaz
Pasai Donibane
El caserío Orue, de Beizama, que quedó al borde de la presa Ibai-Eder (obra transferida por Real Decreto 1551/94 de 8 de julio, junto con todos sus perjuicios y beneficios según reza), tiene afectadas la cimentación, estructura y paredes externas e internas, daños que progresan imparablemente tras el desprendimiento del año 93 en pendientes de terrenos suyos en los que se asienta, tras una tercera expropiación. Los daños están probados en cinco informes técnicos.
1) Escritos de la Diputación de Gipuzkoa (de 08 y 09/91, dirigidos a mi padre) declaran que lo afectó la utilización de la cantera próxima al caserío, en lugar de la prevista en el proyecto, sita a muchos kilómetros, es decir, en Beasain. 2) El deslizamiento del terreno en el que se asienta, se podría haber evitado de haberse efectuado un estudio geotécnico adecuado del vial perimetral, según Informe de Leizaran Geología. 3) Ha sufrido un desplazamiento hacia el exterior, como prueba la disposición y apertura de las grietas. Arquitecto Arantza Martínez de la Fuente. 4) De la geometría de las grietas del caserío se interpreta que es en la cimentación donde se ha dado el movimiento que ha generado el agrietamiento que afecta de forma importante tanto a las paredes externas como internas. Informe Geotécnico de Euroes- tudios de mayo de 2003. 5) El desplazamiento horizontal del terreno ha originado un movimiento del conjunto del edificio en forma de hundimiento. Estudio del Arquitecto Enrique Etxeberria Lekuona.
La muy tardía y ya antigua resolución administrativa pretendió «compensar» todos los daños ocasionados y su destrucción, esta vez total, por 1.800 euros.
Sin olvidar lo anteriormente descrito, su informe Euroestudios de mayo de 2003 ya probó de modo incontestable la relación entre la obra pública y el daño causado. Ahora, sólo falta que evalúen los perjuicios ocasionados y los reparen según están obligados por ley. Junto con la protección vallada de la casa por quedar en la actualidad al borde de un precipicio, como en ese Departamento saben. Sin mencionar las coacciones y resistencia a mis justas peticiones a lo largo de estos nueve años y de «lanzarme», además, sus no honestos servicios jurídicos encima, por toda respuesta.