Leo Messi, EL «nuevo maradona" ha vuelto con su repertorio de regates
Tras tres largos meses fuera de los terrenos de juego, la emergente estrella blaugrana dejó muestras de su calidad en la derrota de su equipo en Valencia. El joven argentino ha superado su lesión y está en condiciones para jugar contra el Athletic este próximo domingo.
Manex ALTUNA
El Athletic visita el domingo el Camp Nou con la mente puesta en dar la sorpresa. Los catalanes apenas tendrán días para preparar a conciencia el partido debido a que la mayoría de sus esfuerzos se centrarán en la Champions. El Barcelona ha perdido fuerza en los últimos meses y no está logrando dominar la Liga con la autoridad que se le presuponía. Pese a contar con un plantel amplio y plagado de buenos jugadores ha acusado las lesiones de jugadores importantes en su esquema: Leo Messi y Samuel Eto'o. Rijkaard reconoció ayer que necesita al primero para el enfrentamiento ante el Liverpool y fue más escueto sobre el papel del segundo. La diferencia está en que mientras el camerunés ha destapado la caja de los truenos con su actitud y sus declaraciones cuando se ha reincorporado al grupo, el joven argentino ha dispuesto de minutos para ir cogiendo el tono físico sin levantar la voz.
La defensa rojiblanca deberá seguirle muy de cerca la pista porque en el partido ante el Valencia Messi dio otro aire al Barcelona en los 40 minutos que estuvo sobre el campo. Fue el futbolista que en más ocasiones encaró y regateó a los rivales durante el encuentro y, a su vez, el que más faltas recibió. Y es que Messi tiene un don especial para driblar a los contrarios y acometer «eslaloms» con el balón controlado a sus pies. Esa característica, su estatura y el ser zurdo hacen que en Argentina le consideren como el sucesor de Maradona.
No es nada nuevo. A nada que sale un jugador de la prolífica cantera argentina, rápidamente se le cataloga como posible heredero del «Diez». En los últimos quince años son muchos los que han sido comparados con El Pibe y la mayoría de ellos se han quedado en nada o no han sido para tanto pese a ser buenos futbolistas. Burrito Ortega, Gallardo, Aimar, Saviola, Riquelme, D'Alessandro o Tévez son sólo algunos de los que han sido candidatos a ese honor, cada uno con distinta fortuna.
La historia de Messi, en cambio, parece que puede ser diferente. Futuro y cualidades tiene de sobra. Todavía no ha cumplido 20 años y es un referente a nivel mundial, aunque no ha conseguido hacerse con un puesto de mando en su selección. El mismo Maradona, en una entrevista en la BBC, aseguró que «ya conozco al jugador que ocupará mi lugar en el fútbol argentino, su nombre es Lionel Messi». A Diego no le parece exagerada la comparación ya que según sentenció «lo veo muy parecido a mí. Es el mejor del mundo junto con Ronaldinho».
Antes del Mundial de Alemania, Argentina entera soñaba con alzar el título de la mano de Messi. Sin embargo, la lesión que le impidó llegar en plena forma y la falta de experiencia a nivel internacional provocó que el seleccionador le relegará a un segundo plano. Su aportación no pasó de ser testimonial, pese a dejar detalles estelares como en la goleada endosada a Serbia.
Un camino tortuoso
El Pulga, como le decían de más joven debido a su diminuta estatura, ha tenido que hacer frente a numerosos percances hasta lograr convertirse en futbolista y en referente del Barcelona a medio plazo, ya que ha firmado un contrato hasta 2014. En el conjunto catalán confiaron en él cuando tan sólo contaba con 13 años. Sus primeros pasos en el fútbol los dio en la cantera de Newells Old Boys -uno de los equipos en los que militó Maradona-, pero los médicos le diagnosticaron un problema óseo que le obligaba a tratarse con hormonas de crecimiento. Llegó con 146 centímetros y ahora mide 169 porque el Barcelona aceptó abonar los 900 euros al mes que costaba el tratamiento. Y en diciembre de 2000 recaló en la Masía.
Sus inicios en Catalunya tampoco fueron fáciles porque su club de procedencia le retuvo el pase internacional y pasó temporada y media en blanco. Su primera campaña completa con el Barcelona fue la 2003-04 y, tras ascender por las categorías inferiores, debutó con el primer equipo la temporada siguiente con 17 años. En verano de 2005 se proclamó campeón del Mundial Juvenil y fue escogido mejor jugador del torneo. Tras resolver los problemas de su nacionalización para poder jugar en la Liga sin ocupar plaza de extranjero -el Athletic, por decisión del entonces presidente Fernando Lamikiz, fue uno de los clubes que votó a su favor en la LFP para que pudiera competir-, dio el paso definitivo para convirtirse en uno de los pilares ofensivos del Barcelona.