Al menos 24 personas murieron y otras 60 resultaron heridas ayer por la explosión de un paquete bomba colocado en el interior de un autobús. La deflagración ocurrió a hora punta en una zona residencial de la capital. Se trata de uno de los peores atentados de este año.

El autobús acababa de salir de la estación de Piliyandala cuando se escuchó una fuerte detonación que provocó el incendio del techo del vehículo. «Al menos 10 personas murieron in situ y otras 14 de camino al hospital», declaró un funcionario de la Policía de Colombo.

«La explosión fue tan fuerte que no podía ni abrir los ojos. Había una gran cantidad de humo negro. Me di cuenta de que estaba sangrando de la cabeza», manifestó el conductor del autobús, Ananda Ratnasiri, que se salvó «milagrosamente».

El portavoz del Gobierno, Lakshman Hulugalle, señaló a la cadena británica BBC que en el interior se encontró un paquete bomba, que explotó en cuanto arrancó el autobús.

Tal y como ocurre a menudo en Sri Lanka, el autobús transportaba a más personas de lo legalmente establecido (50 pasajeros), en su mayoría, alumnos y empleados de oficinas que regresaban a sus casas.

El Gobierno de Colombo acusó a los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) de llevar a cabo este atentado, aunque éste no lo había reivindicado.

En febrero, otro ataque similar contra un autobús mató a 20 personas en el centro de la isla. Un mes antes, fallecieron 28 civiles en el sur de Sri Lanka en otro atentado contra el transporte público.

La espiral de violencia ha aumentado notablemente desde que en enero Colombo rompiese el alto el fuego acordado en 2006 con los tamiles bajo los auspicios de Noruega.

El Ejército «toma» una iglesia

El miércoles se produjeron los peores enfrentamientos entre el Ejército y los guerrilleros tamiles desde la ruptura de la tregua y, aunque es imposible establecer una cifra exacta del número de víctimas mortales, se estima que superaron ampliamente el centenar. Los combates se suceden a diario y el Gobierno mantiene bloqueados los accesos a las líneas del frente, por lo que no hay fuentes independientes.

Horas antes de que ocurriese el atentado, el portavoz militar Udaya Nanakkaara anunció que el Ejército había tomado el control de una iglesia católica centenaria situada en el noroeste de la isla. La iglesia de Madhu, uno de los santuarios más venerados por la población católica de Sri Lanka, llevaba bajo control de los tamiles desde 1999.

La guerrilla tamil reclama la independencia del norte y noroeste de la isla. Desde 1972, han muerto más 60.000 personas en el conflicto armado más antiguo del continente asiático.

Numerosas organizaciones han denunciado a Colombo por encubrir o promover masacres, y vulnerar los derechos básicos de la población tamil.