Maite SOROA
Frustración tras el batacazo
La moción «ética» con la que PNV y PSE pretendían iniciar el desalojo institucional del independentismo hizo aguas en el minuto uno y ayer los que nunca ocultaron su alborozo por la tal medida se mostraban desolados.
El editorialista de «El Correo Español» y «El Diario Vasco» iniciaba su pieza con un reconocimiento expreso de frustración: «La derrota de la moción que pretendía reprobar la conducta de los ediles que no condenen el terrorismo de ETA (...) supuso ayer una noticia más que deplorable». En Arrasate la gente no pensaba igual que el editorialista.
Y llegados a ese punto, cercano a la desesperación, se trataba de buscar culpables. Y los encontraba el tío: «Las exigencias populares respecto al contenido de la moción y el incalificable distanciamiento con el que EA y EB trataron de escurrir el bulto en el pleno municipal acabaron en un resultado desastroso para la lucha contra la barbarie terrorista».
Y sólo salva al PNV que navega ya en buena dirección hacia el puerto español: «El PNV corrigió su gran error inicial de negarse a desbancar a los radicales de la Alcaldía de Mondragón y de los demás municipios que regentan. Sin embargo, sus socios en el Gobierno vasco han eludido de forma clamorosa el compromiso ético y democrático de ofrecer una respuesta unitaria y contundente a la izquierda abertzale por el asesinato del ex-concejal socialista. La votación de Mondragón es un argumento definitivo para que el PNV declare formalmente el final de la legislatura gobernada por el tripartito de Ibarretxe. Pero también obliga al PSE-EE a establecer condiciones más estrictas a la hora de coincidir con el nacionalismo gobernante en la lucha contra ETA». O sea, otra vuelta de tuerca.
De lo que se trata, en definitiva, es de marcar el terreno de juego para que los jelkides se olviden de veleidades soberanistas. Ahí está el meollo del asunto. Y el editorialista lo decía alto y claro: «sería incongruente que el PNV pusiera en solfa la continuidad del tripartito si, simultáneamente, no procede a rebajar los presupuestos sobre los que Ibarretxe ha fijado su descabellada agenda». Que lo lean bien en Sabin Etxea y Ajuria Enea.