La inspección de trabajo acusa a ex altos cargos de los suicidios en France Télécom
Un informe de la inspección de trabajo acusa a ex altos cargos de France Télécom de no hacer nada para evitar los suicidios aun siendo conscientes del «sufrimiento» que ocasionaba en la plantilla el plan de reestructuración.GARA | PARÍS
El informe de la inspección de trabajo que investiga la oleada de suicidios de trabajadores de France Télécom, apunta a ex altos cargos de la compañía por no hacer nada ante las consecuencias de su plan de reorganización de la empresa sobre la plantilla.
El texto indica que los últimos suicidios o intentos de suicidios de trabajadores en el primer operador francés de telecomunicaciones «no son casos particulares» y están relacionados con «la política de reorganización y gestión» puesta en marcha en 2006.
El diario «Le Parisien» publicó ayer algunos extractos de este documento, de 82 páginas, que ya ha sido remitido a la Fiscalía de París y en el que la inspectora laboral, Sylvia Catala, habla de «acoso moral» en el seno de la compañía.
Según la inspectora, los más altos cargos de la empresa fueron alertados «en muchas ocasiones» por médicos, sindicalistas o inspectores laborales de «los efectos sobre la salud de los trabajadores» que estaba teniendo la política de reorganización emprendida en la compañía. Pese a eso, añade en su informe, apenas aplicaron medidas para poner remedio al «sufrimiento» de la plantilla.
Sus acusaciones se dirigen en concreto contra tres directivos, entre ellos, el ex presidente Didier Lombard, recientemente reemplazado en el cargo por Sthéphane Richard.
La inspectora argumenta que los problemas que derivaron en una cuarentena de suicidios en los dos últimos años son consecuencia del llamado «Plan Next», puesto en marcha en 2006 para mejorar el rendimiento, la eficacia y la productividad de la empresa. Ese plan contemplaba la supresión de 22.000 empleos en tres años y el traslado forzoso de 11.000 trabajadores.
Con una plantilla de 102.000 empleados, la primera empresa de telefonía del Estado francés confirmó 35 suicidios entre 2008 y 2009 y alrededor de una decena más este año, cuando un informe interno revelaba que aún persiste la presión sobre la plantilla.
El pasado mes de setiembre, con 23 suicidios en apenas 18 meses y múltiples denuncias de los sindicatos, el Gobierno francés se decidió a intervenir para atajar una espiral de muertes en el trabajo con relación más que evidente con la política de la dirección de reducción de empleos y movilidad obligatoria.
Los trabajadores describieron controles muy rigurosos del personal, en particular, del tiempo de descanso, presiones insoportables para ganar en productividad y deshumanización de las relaciones en la empresa.
El informe de la inspección de trabajo habla de «acoso moral» y dirige sus acusaciones contra tres directivos, entre ellos el que fuera presidente hasta hace unos meses, Didier Lombard, cuya sustitución se enmarcó en una nueva política.