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SEGUNDA El Levante a diez puntos y el golaverage

A la Real sólo le quedan ya tres rivales y trece partidos para subir

Supo reaccionar para ganar un encuentro que tenía controlado y que Pino Zamorano enredó con un penalti muy riguroso, un empate antirreglamentario y una expulsión de Ballesteros para compensarlo.

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REAL SOCIEDAD 3

LEVANTE UNIÓN DEP. 1

Joseba ITURRIA

La Real tiene pie y medio en Primera después de su demostración de carácter, fuerza y madurez para ganar un partido que Pino Zamorano revolucionó en dos minutos con unas decisiones que hicieron subir la tensión a una cotas máximas. Los blanquiazules no se amilanaron y no sólo consiguieron la victoria, también el golaverage particular con un Levante que deja de ser un rival directo al quedar a 11 puntos reales cuando quedan sólo 33 por disputarse.

Más allá de la clasificación, del liderato y de las distancias sobre los tres únicos rivales que pueden alcanzarle, son las sensaciones que trasmite la Real las que alimentan el optimismo. El equipo está muy fuerte y, cada vez que ha tenido que responder ante una prueba de fuego, ha dado la cara. Así en los duelos claves en Anoeta ante Cartagena, Betis, Nástic, Numancia y Levante ha sabido asumir la presión y ganarlos con una madurez impropia de un equipo tan joven.

No es fácil sobreponerse a un golpe como el del penalti señalado a Rivas. Por si fuera poco, Juanlu empató tras el rechace de Bravo porque había entrado en el área antes de lanzar el penalti Samuel, con lo que el gol debió ser anulado. Que no lo tenía nada claro Pino Zamorano lo demostró al no sacar la segunda tarjeta a Rivas y expulsar al minuto siguiente a Ballesteros en una acción en la que al veterano central le bastó con levantar los brazos como hacen los futbolistas cuando no les gusta una decisión arbitral para convertirse en moneda de la compensación.

A raíz de esa jugada la Real se fue arriba para aprovechar los quince minutos que quedaban en superioridad y entre Zurutuza y Xabi Prieto, con un remate espectacular de Ansotegi en el primero, fabricaron los dos goles que sitúan a la Real casi en Primera, aunque sus jugadores no deben levantar el pie del acelerador hasta lograr el ascenso.

Buena intensidad realista

Lo triste fue que en un duelo equilibrado entre el líder y la primera amenaza para los tres primeros, que llevaba once partidos sin perder, Pino Zamorano asumiera tanto protagonismo. Mientras que pasó desapercibido, la Real estuvo mejor en el primer tiempo con una buena intensidad en su juego. Buscaba las dos bandas, con constantes apoyos de Carlos Martínez y De la Bella, y sólo le faltaba traducir esa superioridad en el juego en más ocasiones, ya que la del gol fue la primera que creó la Real. En uno de los pocos balones en los que Xabi Prieto ganó la partida al veterano Juanfran en el primer tiempo dio un centro perfecto y Héctor Rodas y Manu Herrera fallaron y permitieron a Carlos Bueno marcar a placer.

Los blanquiazules pudieron lograr el segundo tanto en una acción entre Bueno, Aranburu que Griezmann, en su 19 cumpleaños, remató con la derecha a la zona en la que estaba el portero visitante. El Levante sólo inquietó en un centro de Juanlu en el que Bravo no acertó, pero entre De la Bella y Mikel González desbarataron el posterior remate de Javi Guerra.

Los levantinos daban poca sensación de peligro y, aunque el 2-0 debió llegar en un buen servicio de Griezmann que no remató bien Aranburu, la Real pecó de conformismo en el segundo tiempo, al ceder el control del partido al Levante y conceder demasiados corners a un rival con jugadores de mucha envergadura. Tampoco a la Real le sobran poderes en ese juego, de medio campo para adelante sólo Elustondo puede coger a un par en una defensa a balón parado, y eso motiva que Rivas tuviera que quedar emparejado con un rival en el área pequeña. Es cierto que le agarró al inicio para mantener la posición, pero no cuando el balón se acercaba a su zona. Si cada vez que se agarra un instante a un jugador sin la cercanía del balón se pita penalti los partidos de fútbol tendrían guarismos de balonmano.

Por eso Pino Zamorano no debió sancionar penalti, porque el jugador del Levante llevaba tiempo suelto cuando se tiró. Tampoco Ballesteros mereció la segunda tarjeta, pero los malos árbitros son así. Su expulsión dio a la Real aire y buscó la victoria con dos goles brillantes de Ansotegi y Zurutuza que hicieron justicia porque la Real mereció ganar y merece subir.

Lasarte pidió disculpas por su expulsión y el incidente protagonizado con Luis García

Martín Lasarte pidió perdón tras el partido tras protagonizar un lamentable incidente al hacer algo parecido a varios cortes de mangas al banco visitante tras el 2-1, por lo que fue expulsado, y retarse después con el técnico del Levante Luis García para verse las caras en el túnel del vestuario, lo que motivó que varios ertzainas acudieran allí para evitar que llegaran a las manos: «Mi expulsión es justa. El fútbol lo vivo con una pasión muy alta y a veces eso se va a excesos. Estuve mal y pido disculpas».

El técnico uruguayo se mostró más feliz que nunca: «Ha sido el partido en el que he disfrutado más. La sensación que tengo hoy es fantástica. No sólo es ganar el partido, sino cómo lo ganó el equipo, con qué voluntad y pasión. El gol de Ansotegi, que estaba a tres metros y se fue a buscar el balón como un tren, es el símbolo del equipo. Tener talento es bueno, pero el fútbol no descansa sólo en eso y el equipo tuvo ese deseo de no querer dejar pasar la oportunidad. El triunfo nos coloca en una situación de mucho privilegio, pero queda mucho. Ahora echarlo a perder sería una pena».

El técnico del Levante, Luis García, dijo que la expulsión de Lasarte «es justa por empezar a hacer gestos. Luego nos reta y sale corriendo...». Hizo un análisis del partido peculiar al decir que «hemos estado a la altura de un equipo con mucha intensidad y en la segunda parte hemos sido muy superiores. Hasta la expulsión teníamos el control y, si no nos quedamos con diez, estoy seguro de que habríamos ganado».

Joseba ITURRIA

Acta de un mal árbitro que no quiso pasar desapercibido

Pino Zamorano devolvió al recuerdo sus pésimas actuaciones anteriores con un arbitraje del que dejó huella con un acta acorde a su labor. Justificó la expulsión de Lasarte «por salir del área técnica 4 ó 5 metros hacia el banquillo contrario dirigiéndose hacia ellos en actitud provocadora en los siguientes términos «Toma, toma y toma». A la vez que gesticulaba con los brazos. Una vez expulsado se dirigió hacia el 4º árbitro encarándose hacia él gritando en los siguientes términos "¿A mí? ¡joder!, ¿por qué? joder«. Teniendo que acercarme para separarle de él».

Pino Zamorano no reflejó el incidente posterior entre Lasarte y Luis García. Justificó la expulsión del técnico de Levante y la del delegado realista Juantxo Trecet por «gritar con los brazos en alto» en ambos casos, cuando apenas fue un intercambio de palabras cuando se iba a realizar un cambio.

Más sorprendente fue la explicación de las tarjetas a Ballesteros. La primera por «sujetar a un adversario en la disputa del balón, impidiendo su progresión» cuando su falta fue por meter el codo en un salto. Y la segunda por «hacer observaciones de forma ostensible a una de mis decisiones», cuando se limitó a levantar los brazos como disconformidad por la primera tarjeta. Reflejó en el acta que tardó dos minutos en abandonar el campo tras ser expulsado y justificó siete de retraso en el inicio por «tener que corregir el equipamiento el Levante» y de Bueno. Antes de salir al campo habló con el periodista del Canal + y le debió decir que era por las medias de Manu y las espinilleras de Bueno. Y es que quiso ser protagonista de salida.

Joseba ITURRIA

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