El sector del metal vizcaino cayó un 28% y destruyó 2.900 empleos el pasado ejercicio
En 2009 se cerraron 79 empresas en Bizkaia y las plantillas se redujeron en un 5% respecto a 2008. El presidente de la Fvem calificó el pasado ejercicio como el peor desde que existen registros estadísticos.GARA | BILBO
La actividad en el sector del metal en Bizkaia sufrió en 2009 una caída del 28%, «aún más acusada» que la registrada en el Estado español (24,6%), con lo que la Federación Vizcaina de Empresas del Metal (Fvem) ha calificado el pasado ejercicio como «el peor para el sector del metal desde que existen las series históricas».
En una rueda de prensa en Bilbo, desde la Fvem explicaron que el pasado año «la gravedad de la situación» provocó el cierre de 79 empresas asociadas a la federación y la destrucción de 2.900 empleos, lo que supuso una reducción del número de empleos del 5% respecto a 2008. El descenso de la actividad en 2009 se reflejó en «grandes caídas» en todos los subsectores: 32% en las empresas de la metalurgia y artículos metálicos; 31% en los fabricantes de maquinaria; 21% en los fabricantes de material eléctrico; y 14% en los fabricantes de elementos de transporte.
El gerente de la Fvem, Jaime Fernández Alcedo, afirmó que en los dos primeros meses de 2010 el sector ha registrado caídas de la actividad «sustancialmente inferiores», aunque matizó que «cualquier dato leve- mente positivo mejora sustancialmente la posición» respecto a estadísticas anteriores.
El número de expedientes de regulación de empleo en el primer trimestre «está disminuyendo» en Bizkaia respecto al mismo periodo de 2009, según la Fvem, que contabiliza «aproximadamente unos 150 expedientes de regulación con aproximadamente unas 2.700 personas afectadas». La perspectiva de la entidad es que «dados los niveles de actividad, se seguirá reduciendo empleo, quizás de una forma menos acusada, pero tampoco estoy seguro de eso», dijo el gerente de la entidad.
Por su parte, el presidente de la federación, Ignacio Sáenz de Gorbea, reclamó una reforma del mercado laboral, a su juicio «lastrado por la existencia de normas y prácticas excesivamente restrictivas, un elevado intervencionismo y una protección exagerada».
Asimismo, sostuvo que «en una situación de recesión como la actual, los costes laborales son más que nunca un factor de competitividad decisivo, que se ve perjudicado en buena medida por la duración de los contratos y la escasa movilidad».