ZINEMALDIA
«No sabría definir si se trata de un drama cómico o bien de una comedia trágica»
Director de «La tête ailleurs»
El director de Biarritz Frédéric Pelle ha llegado a Donostia con su primer largometraje, «La tête ailleurs», que compite por el Premio Kutxa Nuevos Directores. No es éste, sin embargo, su único trabajo. El cineasta ha rodado varios documentales, aunque su experiencia más extensa se concentra en los cortometrajes, donde cinco de los seis que ha realizado cuentan con importantes premios.
Oihane LARRETXEA | DONOSTIA
Patrick Perrin es un hombre entrado en la cuarentena que trabaja en un pequeño casino de la costa. Su sueño es dejarlo todo e irse a un destino desconocido, pero ésto no se organiza de la noche a la mañana. Para empezar, compra una maleta roja, donde poco a poco irá depositando las cosas necesarias para marcharse. Ésta es la trama de «La tête ailleurs» dirigida por Frédéric Pelle y basada en la novela «Voyage, voyages» de Laurent Graff. La adaptación no es «ni un drama cómico, ni una comedia dramática», según confiesa Pelle y hará que el espectador se mueva entre dos aguas, una mezcla entre la tristeza -por ese sueño aparentemente irrealizable- y la alegría -por lo cómico del personaje-.
¿Que tal se encuentra en Donostia?
Estoy realmente contento y me siento muy agradecido porque es la primera vez que la película sale al extranjero, y hacerlo en esta ciudad tiene un significado especial. He nacido en Biarritz y, por lo tanto, tengo relación cercana con la capital guipuzcoana.
Adentrándonos en la trama, he de confesar que he tenido sentimientos encontrados hacia el personaje. A veces sentía que era un fracasado y otras, en cambio, lo he visto como un soñador, un romántico.
Ciertamente, Patrick es un soñador con mayúsculas porque no vive la vida real, sino la suya propia donde todo gira alrededor de su objetivo. Es como si observara el mundo desde fuera. Y también puede parecer un fracasado porque busca algo, aunque no sepa con exactitud de que se trata. No es un personaje con el que el espectador pueda sentirse identificado fácilmente.
Afortunadamente...
¡Que razón tienes! -exclama entre risas-.
Y es que deja pasar varias oportunidades para cambiar su vida y nunca llega a decidirse.
La clave de la película es cuando su amante le confiesa que su marido quiere tener un hijo. En ese momento, en lugar de pedirle que lo deje todo, se mantiene indiferente. Quiere estar totalmente disponible para alcanzar la meta que se ha propuesto. En realidad, la idea del viaje es solo un metáfora, pues podría ser cualquier otra cosa. Él mismo se pone una barrera para ahorrarse los disgustos que pueden acarrear los compromisos. Sabe que no será demasiado feliz, pero sabe también que no será tan desgraciado y que, por lo tanto, no sufrirá más de lo necesario.
Al no comprometerse con nadie, piensa que no dejará rastro en el mundo...
Exactamente. Él considera que no dejará huella tras de sí, pe- ro la vida lo recompensa, le da un regalo, que es su hijo. Un primogénito que paradójicamente viaja continuamente debido a su profesión como antropólogo.
El sueño de viajar está latente durante todo el filme. ¿Es necesario creer en algo?
El tema de los sueños, los objetivos es algo muy personal, pero cuando yo leí el libro «Voyage, voyages» de Laurent Graff en el que está basada la película, fue lo que me atrapó.
Me he reído muchísimo con algunas escenas. ¿Pretendía provocar las risas?
Me gusta que te lo hayas pasado bien, me satisface, y es que en realidad Patrick no es un personaje deprimido. Está muy bien que entiendas este humor, aunque ojo, no se trata de una comedia. Depende del público, del tipo de humor, el espectador se involucrará más con una lado o con el otro. También dependerá del día en que la veas.
¿Que recorrido le espera a «La tête ailleurs»?
Antes de Zinemaldia, la primera proyección se realizó en el Festival de La Rochelle. A las carteleras de los cines franceses llegará en el mes de noviembre, y después no se lo que vendrá.