El gato de la fortuna

«Cirkus Columbia»

Koldo LANDALUZE

Danis Tanovic ha apostado por una mirada reflexiva y simbólica a la hora de ahondar en el complejo entramado que derivó hacia el descarnado conflicto de los Balcanes. Esa mirada incisiva no cae en tópicos y sesudos análisis políticos, sino que indaga en las pequeñas crónicas cotidianas que, en este caso, pudieron desarrollarse en una pequeña localidad de Bosnia y Herzegovina allá por el 1991.

Para tal fin, el autor de “En tierra de nadie” crea un pequeño microcosmo, una especie de extraño limbo postcomunista habitado por aquellos que vieron en la caída del viejo régimen comunista que gobernó Yugoslavia, la oportunidad para alzarse con el poder y llenarse los bolsillos a costa de un ideario tan flexible como oportunista. Está claro que, tras la caída del Muro de Berlín también se colaron los oportunistas que aprovecharon esta situación de desconcierto para camuflarse entre el gentío que reclamó las libertades pregonadas y publicitadas desde Occidente. Entre ellos figura uno de los personajes de la película; un empresario que deja atrás Alemania y regresa a su localidad natal a bordo de un flamante Mercedes, una atractiva joven y un gato aliado con la diosa Fortuna.

Este personaje representa a la perfección a esa tipología de empresarios sin escrúpulos que compran almas e ideas a golpe de talonario. Su llegada alterará por completo la rutina de este pueblo y, sobre todo, la vida de la mujer a la que abandonó hace años y de un hijo al que nunca ha conocido. Tanovic utiliza elementos del drama y la tragicomedia en su intento por dotar de cierta coherencia el desastre humano que se avecinará.
Mientras el caos aguarda pacientemente para instalarse definitivamente en los Balcanes, las vidas de un pequeño grupo humano giran en torno a los caprichosos designios de un simbólico gato negro en fuga que otorga la dicha a quien tropieza con él. Al compás de las bombas que trituran el pasado, dos adultos recuperan el tiempo perdido a bordo de un tiovivo.