Coincidiendo con el aniversario del asesinato a manos de la Policía del militante de ETA, Mikel Castillo, sus familiares y amigos colocaron una ikurriña, su foto y flores en la calle del Carmen de Iruñea, lugar donde murió el joven y donde antes existía una vitrina en su recuerdo, que fue retirada por el Ayuntamiento hace ya algunos años. Además, también colocaron una pancarta en alusión al aniversario del fallecimiento y que decía «Herriak ez du barkatuko!», aunque éste fue retirado del lugar a escasos 40 minutos por la Policía Municipal. Así las cosas, colocaron carteles en las calles de Alde Zaharra recordando a su vecino.

Castillo murió el 18 de setiembre de 1990, cuando tenía 23 años, a consecuencia de un disparo recibido en una persecución por parte de un agente de la Policía española, tras haber sido sorprendido junto con otros integrantes de la organización armada. Posteriormente, el policía español alegó que actuó en defensa propia, aunque otros militantes de ETA y una vecina que presenció los hechos explicaron que Castillo huía desarmado cuando fue tiroteado por la espalda. El agente no fue condenado por homicidio, y además fue condecorado por haber disparado contra el joven vecino de Iruñea.