La ley del cine catalán, impulsada por el anterior conseller de Cultura Joan Manuel Tresserras, entra en vigor hoy sin reglamento y con el sector de los exhibidores «totalmente en contra», según Europa Press.

La posición del Gremio de Empresarios de Cine de Catalunya, que agrupa a 600 salas, apenas ha cambiado con el tiempo, como aseguró en declaraciones a Europa Press su presidente, Camilo Tarrazón, que insistió en que la ley «no encaja ni con la realidad ni con la legalidad».

El descontento, basado sobre todo por la obligatoriedad de doblar al catalán la mitad de las copias de cualquier película, -a excepción de las europeas que distribuyan menos de 15 copias-, se agrava por la falta de reglamento y la consiguiente «inseguridad jurídica».

Carrazón advirtió de que las «majors» están entregando las películas con la condición de que no se apruebe el reglamento, y remarcó que los títulos que se estrenarán en febrero deberían estar doblándose ahora; «y no hay nada de nada», dijo.

El gremio, que incluso promovió un cierre patronal de cines en febrero del pasado año, ya advirtió hace meses de que las grandes distribuidoras americanas no tendrían reparos en enviar sus películas tal cual, en inglés, sin doblaje ni subtítulos.

Los productores, por su parte, están preocupados por la falta de reglamento y por el «limbo» en el que llevan por los continuos cambios de normativas, según el presidente de Pac, Xavier Atance.