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«Si la jubilación se eleva a 67 años, los jóvenes estarán más en paro»

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Mikel de la Fuente
Profesor de la UPV-EHU y experto en pensiones

Considera que los recortes en las pensiones públicas se están agravando y se están produciendo con más asiduidad. Con ésta, desde 1985 se han llevado a cabo ocho reformas importantes en esta materia. A su juicio, los jóvenes serán los más perjudicados si la jubilación se eleva a 67 años.

Juanjo BASTERRA

El profesor de la UPV Mikel de la Fuente explica que esta nueva reforma de las pensiones se ha precipitado por la crisis. «Sin crisis se habría pospuesto y hubiera sido menos dura, porque las medidas de recorte del gasto social y el ataque a los derechos laborales de los trabajadores son de una gran envergadura», resaltó este experto. Adelanta que todavía falta la redacción final para conocer todos los detalles, pero advierte de que perjudicará la creación de empleo entre los más jóvenes al elevar la edad de jubilación de los ocupados actuales a los 67 años.

¿Qué características tiene el recorte social en esta reforma?

Los recortes de las pensiones son continuos cada vez que se ha modificado la ley de la Seguridad Social. Pero, que el ritmo de esas reformas va en aumento. Se hacen cada vez con menos distanciamiento en los años. El primer gran recorte fue en 1985 cuando se paso de dos a ocho años para el cálculo pensiones, que dio lugar huelga general. La segunda reforma de recorte fue en 1997, como resultado del Pacto de Toledo, que se firmó en 1995. Significó elevar a 15 años el cálculo de la pensión. La siguigiente fue en 2002 con la jubilación gradual y flexible. Se revisó el Pacto Toledo en 2005 y luego se produjo el pacto social en 2006. La renovación de la ley en el 2007 y 2008 significó introducir los 15 años reales para tener acceso a una jubilación, se quitó el tiempo que computaban las pagas extraordianrias, en torno a dos años y medio.

Uno de los temas que le sirve al Gobierno español para justificar la reforma de las pensiones es el aumento de la esperanza de vida. ¿Usted cree que está justificado de esa manera?

Establecería dos matices claros y, sobre todo, ese concepto tienen unas connotaciones de clase. Porque hay diferencias de mortalidad entre clases. En el Estado español no se investiga mucho ese tema, pero inicativas europeas confirman que hay importantes diferencias entre un trabajador manual y un directivo, por ejemplo. Quienes realizan trabajos duros, a altos ritmos, de noche, etc van a tener menos salud, menos tiempo.

Jukka Takala, director de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, suele exponer con mucha asiduidad que hay que llegar con salud a la jubilación.

Es así. Pero, además, un tema importante que no se tiene en cuenta es el concepto de esperanza de vida libre de discapacidad. Eurostat lo computa en el Panel de Hogares y confirma que hay una diferencia muy importante con la esperanza de vida. Para el Estado español ofrece el dato de que la esperanza de vida libre de discapacidad para los hombres es de 66,8 años y 70,2 años para las mujeres. Se puede vivir de media 80 años, pero una parte importante será sin poder disfrutar de las plenas condiciones de salud.

¿Si Rodríguez Zapatero eleva la jubilación a los 67 años rozamos esa esperanza de vida sin discapacidad?

Exacto. Si la jubilación es para disfrutrar del descanso, no llegaríamos. En Francia, este tema fue importante en el debate de la reforma de las pensiones, que produjo huelgas continuas. Está claro que se puede vivir más tiempo por los avances médicos, pero no con buena salud. Eso afecta de manera diferente según las clases sociales. Por lo tanto, la justificación de la necesidad de jubilarse pronto para descansar es clara.

¿Existen recursos económicos para garantizar las pensiones públicas?

Sí. Gastamos el 8,4% del PIB. Hace 50 años era entre el 3% y el 4%. Se ha duplicado, pero no ha habido una catástrofe económica. En los últimos años, además, se ha frenado ese proceso de crecimiento. Casi se ha congelado el gasto de pensiones en relación a hace ocho años, en contra de las predicciones agoreras. Hay superávit y el fondo de reserva se acerca a los 70.000 millones. En el futuro está claro que hará falta dedicar más recursos económicos. Nos dicen que el 15% entre 2050 y 2060, pero también dicen que hasta 2023 habrá superávit y aumentará el fondo de reserva. No está justificada la reforma.

¿Qué cree que se debería hacer en este momento?

Lo que habría que hacer es acumular menos y, en cambio, aumentar las pensiones más bajas. Que las cotizaciones se repartieran para aumentar la pensión. Y a medida que el cambio demográfico obligue a dotarse de más recursos, se pongan en marcha medidas. Porque en ese plazo que nos dicen, la economía va a duplicarse. Si ahora tenemos 100 y dedicamos 8 a las pensiones, quiere decir que tenemos 92 para el resto, pero si crecemos el doble, que significa crecer a una media del 1% durante estos próximos cuarenta años, tendremos 200 y las pensiones se llevarán 16, pero para el resto quedarán más de 180, el doble de este momento. Lo que está en el fondo de esa situación es que los organismos oficiales quieren congelar el gasto público para aumentar el gasto privado de las pensiones. Es la teoría de los vasos comunicantes.

¿Vamos a ayudar a los bancos a ganar y a especular más?

Eso es. Una parte creciente de sus ingresos viene de ahí. Pero no sólo los bancos, sino el conjunto de empresas. El interés inmediato es de la banca y las instituciones financieras que cobran importantes comisiones, pero las empresas tienen interés porque en vez de cotizar a la Seguridad Social lo harían a un fondo privado. Las empresas eligen esa fórmula por razones político-ideológicas generales; premian la individualización. La Seguridad Social ofrece un salario socializado que redistribuye los riesgos y los fondos, pero eso no lo acepta el sistema privado. Ese es el problema.

¿No es un contrasentido elevar la edad de jubilación cuando la gente quiere jubilarse antes y existe el problema de la salud?

Todas las encuestas demuestran que la gente quiere jubilarse antes, quiere ser activa en otras cosas: tareas de cuidado, de voluntariado, mucha gente quiere ser útil. No quiere seguir trabajando, por las característica del empleo. Además, elevar la edad va a provocar que una parte importante de la gente va a perder pensión, porque no todo el mundo trabajará hasta los 67 años, aunque quiera. La edad media que nos dicen que se está jubilando está en 62 años, pero tampoco es real. Esa edad es cuando se comienza a percibir la pensión, pero una parte importante de la población está fuera del mercado laboral antes. La tasa de ocupación de mayores de 55 años está en el 44% y es más bajo entre las mujeres. Desde que abandonan el mercado hasta que se jubilan, perciben el subsidio desempleo, que es de cuantía ridícula en la mayoría de los casos.

¿Las mujeres y los jóvenes serán los más afectados por la reforma de las pensiones?

Sí. Una tarea importante es hacer ver a los jóvenes que la demora de la jubilación les concierne a ellos, porque les dificultará en su acceso al mercado de trabajo, porque les contratarán con más demora. Hay que tener en cuenta que se está hablando poco de la medida de elevar los años de cotización para tener una pensión y su porcentaje. Antes, al cumplir la edad mínima de cotización recibías el 60% de la pensión. Después, se redujo al 50% y en las recomendaciones que ha aprobado el Pacto de Toledo y que el Gobierno aprobará, se modifica lo que puede reducir la pensión al 42%. Si se amplía, por otro lado, el período de cálculo de la pensión a los 25 años, también se producirá otra merma en los ingresos. Y, además, no está claro qué ocurrirá con los períodos que no tengas cotizados, ya que antes se aplicaba la base mínima, pero se ha extendido el temor de que sean considerados como cero, con lo que la pensión bajaría más. Los jóvenes y las mujeres lo tendrán mucho peor por la característica del mercado laboral.

¿Por qué se les da pábulo a quienes dijeron que el sistema público de pensiones quebraría?

Porque lo que importa no es el pronóstico, sino la política que se quiere hacer. Es para justificar los recortes y abrir espacios a las pensiones privadas. Las grandes instituciones ligadas a la banca son las que anticiparon esa desaparición, pero han fallado estrepitosamente. Esa gente que propone la demora de la edad de jubilación aplica prejubilaciones para su personal en los bancos y cajas. El colmo está en las cajas que, en su proceso bancarización, prejubilarán a 20.000 trabajadores financiados con ayudas públicas del FROB y en condiciones muy favorables.

¿El sistema público es rentable?

Lo que tiene que hacer es dotarse de los ingresos necesarios para hacer frente a los pagos. Es así. Se trata de ver qué se necesita para pagar pensiones dignas, que sean continuidad del salario según las carreras de cotización. El sistema público permite garantizar prestaciones para toda la vida. Los sistemas privados pierden, según la OCDE en 2008, los planes privados perdieron el 23%, la gente que se jubiló perdió, y no lo recuperó.

clasista

«Utilizar el aumento de la esperanza de vida para justificar las medidas tiene connotaciones de clase, porque los trabajadores manuales no llegan en las mismas condiciones que los directivos, por ejemplo»

acumular menos

«Lo que habría que hacer en este momento es acumular menos y ofrecer pensiones dignas, porque son muy bajas»

1.200 millones

«Las reducciones en el pago del IRPF por parte de los planes de pensiones complementarios (EPSV) alcanzaron los 1.200 millones en la CAV en 2007, más que las desgravaciones por vivienda. El apoyo de las haciendas a los planes privados es muy elevado»

«Sin un tratamiento fiscal favorable, las pensiones privadas no tendrían un desarrollo por su coste»

¿Las pensiones privadas son rentables?

Hay un grupo de estudios del IESE que indica que la rentabilidad histórica de los planes de pensiones es fatal. Da una rentabilidad menor que la inflación, no sólo la bruta, sino especialmente la rentabilidad neta. De los beneficios hay que detraer los gastos de la pensión, que en muchos casos superan el 20%. Por esa razón, el mantenimiento de las pensiones privadas exige el previo retroceso público. Lo que está claro es que las pensiones privadas sin el tratamiento fiscal muy favorable, no serían rentables.

¿A qué se refiere?

En la fase actual de desarrollo de la pensión privada hay un proceso de entrada de cotizantes y cotizaciones alto, pero menos en pagos de pensiones. Les favorece el gasto fiscal. En 2009 el patrimonio de las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV) en el ámbito vasco ascendió a 18.000 millones, el 27% del PIB. Según el informe de las haciendas forales de 2008, la reducción por aportaciones a las EPSV alcanzó los 1.200 millones, y fue superior a las desgravaciones por vivienda. Los que más se benefician de estas ayudas son quienes poseen rentas más altas.

¿En las recomendaciones del Pacto de Toledo de diciembre de 2010 figura el reforzamiento del apoyo fiscal?

Sí. La recomendación del Pacto de Toledo dice que hay que seguir reforzando ese tratamiento fiscal a las pensiones privadas y que deberán mejorarse los beneficios fiscales en su modalidad de empleo. Profundiza en la privatización, lo que empeora al sistema público.

¿Es posible un sistema de Seguridad Social vasco?

Sí. Está ligado a la soberanía política. En estos momentos, la distribución competencial tiene efectos perversos, porque no se puede modificar el sistema de pensiones ni de la Seguridad Social, pero las haciendas forales tienen la competencia de las desgravaciones a favor del sistema privado. Impulsan el sistema privado de pensiones, en contra del sistema público. Apuesto por un sistema público, basado en el reparto, en el que se contemplen períodos de cotización por actividades sociales, tiempo de estudios y reducción de la edad de jubilación. También por reforzar las cotizaciones, porque son salarios socializados, y garantizan un sistema de revalorización de las pensiones que esté ligado a los salarios.. Juanjo BASTERRA

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