Los delegados de ELA, LAB y CCOO en la mayor empresa privada de ambulancias de Nafarroa, con 210 trabajadores, denunciaron ayer la tibia respuesta que se ha tenido con el jefe de personal, José Antonio César Sola, después de haber sido condenado en primera instancia a dos años y medio de cárcel por abusar sexualmente de una trabajadora. La mayoría de los trabajadores exigen que sea despedido por motivos disciplinarios y recuerdan que, en más de dos años de procedimiento judicial, Sola se ha mantenido en el cargo con poder sobre unas 50 mujeres.

Los representantes de los trabajadores aseguraron que Sola actuaba como un «cacique» y un «dictador». Afirmaron que la sentencia condenatoria, contra la que cabe recurso, «al fin demuestra la verdad de lo que realmente hace esta persona, tras años de pelea y sufriendo todo tipo de acoso laboral, infamias infundadas y presiones». Por tanto, entre llamadas de ánimo a la trabajadora denunciante por su «coraje», exigieron a la empresa que despida de inmediato a Sola. Mientras este hecho no se produzca, la mayoría de los trabajadores seguirá pensando que la empresa «da cobertura y apoya» al antiguo jefe de personal. Denunciaron que el gerente y socio de la empresa, Juan Antonio Pacheco, ha tolerado este comportamiento autoritario, porque eso le convenía ya que el «miedo» que imponía Sola a la plantilla le beneficiaba de cara a la negociación colectiva. Para ejemplificar la forma de manejarse de Sola, los seis delegados ayer presentes confesaron haber sido víctimas de sus insultos por parte del ahora condenado en alguna de las reuniones que han tenido que mantener con él para negociar mejoras laborales.

Los tres sindicatos aseguraron llevar años denunciado a Sola por acoso y abuso de autoridad. En concreto, han recurrido a la Inspección de Trabajo por vulneraciones del artículo 64 del Estatuto de los Trabajadores y los artículos 16,17, 18, 27 y 28 del convenio c0lectivo del transporte sanitario, sin que haya surtido efecto. Por ello, urgen al Gobierno a que tome cartas, para evitar el paternalismo con el que se trata a Sola, quien por ahora sólo ha sido apartado de sus funciones y sigue percibiendo su sueldo. Recuerdan que el Gobierno tiene potestad para intervenir, puesto que él es quien contrata los servicios de esta empresa.

UGT rompe la unidad sindical

Los delegados de UGT no quisieron sentarse ayer con sus compañeros. No habían definido su postura y ayer por la tarde se reunían con sus afiliados para tomar una decisión. Preguntados por esta ausencia, el resto de sindicatos no entendía la postura, porque desconoce los motivos. No obstante, sí que ha trascendido que delegados de UGT mantuvieron el lunes una reunión secreta con el gerente en la Peña Rotxapea.

Sola era un hombre con mucho poder, entre otros motivos, porque podía enviar a un trabajador a un turno u otro, cuando hay turnos francamente peores que el resto, como el partido. De hecho, el origen del abuso estuvo relacionado con uno de estos cambios. Según expusieron ELA, LAB y CCOO, el jefe de personal seguía la estrategia de «la zanahoria y la colleja», por lo que cabe presumir que, con su despido, temblaría el sistema de favoritismos que impuso dentro de esta subcontrata.