Paisajes soņados
Carlos GIL
Luz, color, movimiento, una música de fondo, unos cuerpos al servicio de una concepción plástica. Un jardín botánico surgido de los sueños de la razón creativa, la que convierte los monstruos en entidades mágicas, composiciones estéticas que han sido fecundadas por la imaginación, el talento, la capacidad ilimitada del uso artístico de los materiales. Teatro, danza, expresión corporal donde los objetos cobran un protagonismo convertidos en entes escénicos. Una visión mineral del mundo vegetal, una poética de las flores, los árboles, las hojas como lazos, los troncos como estructuras dramáticas que elevan la percepción y que se solidifican en un estilo, en una propuesta cromática y en una selección caligráfica de movimientos y coreografías que podemos llamar semilla Momix. Un capítulo especial del desarrollo de la danza contemporánea fronteriza con el teatro de objetos animados.
Una cosmogonía creada a partir de detalles, impresiones, de imágenes pero, sobre todo, a base de investigar en las posibilidades expresivas de los materiales, de la gestualidad, de la composición y la perspectiva. Un espectáculo total, en donde la técnica aplicada forma parte del propio discurso escénico, en la que la labor del equipo de intérpretes, siendo fundamental, demostrando su gran calidad, parece supeditada a la dirección, al propio esquema, como si la chispa creativa residiera exclusivamente en la dirección, en la idea y su desarrollo, dejando muy poco aire para la individualidad. Un gran espectáculo, una lección del uso del color, el espacio, el vídeo, con un vestuario magnífico y una disposición dramatúrgica realmente precisa.
