Sumisión City Blues es una de las sorpresas más agradables y entusiastas de la temporada. Debutan con un cedé de cuatro canciones y un single en vinilo de tres. Se mueven entre el rock and roll y el ritmo y blues de bar, más el espíritu del punk. Rock blues de cañas para cinco tipos que practicando el clásico sonido de raíces rock han conseguido un estilo y una ristra de canciones impecables, pegadizas y ampliamente emocionales.

Iñaki Urbizu es Pela. Un tipo con la piel cosida al rock. Desde el bajo y la voz personalizó Obligaciones hasta su final. Pasó por Los Tornillos y Sonic Revolution. Canta con Gramones versiones de los Ramones y con Piztupunk versiones de punk-rock diverso. Posee un discurso claro, escribe con soltura, canta y vocaliza como pocos y razona meridianamente.

Dado que la distribución del cedé/single va a ser puntual, quien tenga dificultades en su localización puede escribir a sumision.city.blues@hotmail.com.

La propuesta es muy atractiva, pero arriesgada, sobre todo por la perniciosa y excesiva división de gustos cerrados de nuestra escena.

Completamente de acuerdo. Parece mentira que con toda la cultura musical que hay en Euskal Herria, o que tendría que haber, el público siga siendo tan conservador. Quiero decir, que la gente no está preparada para verse sorprendida por un sonido nuevo: si van a tu concierto es porque esperan algo que ya les has dado antes. Pero la gente de los grupos tenemos la obligación de ir hacia otros caminos, no puedes estancarte. Si estás creando algo tienes que abrirte paso a machetazos si hace falta, y construir tu propia senda. Imagino que mucha gente pensó que esta historia iba a ser una especie de suma de fuerzas para hacer todavía más caña. No estamos aquí para darle al público lo que pide, eso sería lo más fácil, estamos para hacer lo que nos apetezca y, a partir de ahí, ir convenciendo poco a poco.

El pack grabado y que está a la venta es curioso, pues no responde al clásico debut en cedé o elepé.

Una de las primeras cosas que planeamos fue el saltarnos el concepto LP. Viendo cómo están las cosas, preferimos grabar cinco o seis canciones según vayan saliendo y darle material a la gente cada poco tiempo. En esta ocasión grabamos siete temas en HellDorado con Jorge Reboredo como técnico. Teníamos claro que nuestra primera referencia iba a ser en vinilo. Bi-Batean Diskak nos sacaba un siete pulgadas con tres canciones y nos quedaban cuatro más. «Pues que salgan en cedé», nos dijimos. Y así ha sido. Se venden por separado, pero el concepto de diseño para los dos soportes está relacionado. Mikel Larratxe, cantante de Sexty Sexers, se lo ha currado de una manera muy guapa: las carpetas van en cartón reciclado y, según él, representan lo áspero y elegante que es a la vez Sumisión City Blues. No podemos estar más de acuerdo.

En la banda está Iñigo Azáceta, Anti, compañero suyo en Obligaciones y gran guitarra.

A Anti le llaman así por «Anti-Todo», vamos que tuvo su etapa eskorbutera también. Lo que pasa es que de muy jovencito descubrió a Hendrix y eso le cambió la vida, Hendrix le descubrió el blues y, a partir de ahí, un montón de música negra, que es la que le mueve el corazón. Anti es un músico infatigable, te lo juro. Su oído no descansa nunca. Donde los demás no vemos más que un cedé medio malo de un bluesman del montón, el tío encuentra un par de temas con los que puede trabajar. Siempre aparece con música de lo más insospechado en el local. Ahora anda sacándole chispas a Jorge Negrete, en serio. Practica guitarra como un cabrón y claro, así le va. No hace caso ni de modas ni de tendencias. Conduce un Mercedes enorme y siempre sabe de lo que habla.

Sorprende hallarnos con Joseba Baleztena, otro notable guitarrista y con banda paralela, Sexty Sexer.

Es el hacha de Sexty Sexers, con base en Bera, pero él está estudiando en Gasteiz. Joseba Irazoki le dio sus primeras clases de guitarra. Creo que el público tiene una idea equivocada de él, o por lo menos incompleta. Joseba no es sólo el tipo que se tira por el suelo y que practica una gimnasia inverosímil mientras saca fuego de su guitarra. Es, además, un tío con una intuición y un buen gusto increíbles. Cuando andamos enredando con alguna canción en el local, muchas veces se saca de la chistera una frase en apariencia sencilla, de tres o cuatro notas, que redondea por completo el tema en cuestión. Elegancia pura.

Y la base rítmica...

Kike Lafuente, Penike, es el bajo. viene de la escena jazz o, mejor aún, del Gypsy Jazz. Nos conocemos desde la ikastola y ya habíamos hecho cosas juntos antes de esto. Es fan a muerte de Prince, de Charles Mingus y, sobre todo, de Reinhardt. Suele tocar en diferentes grupos de jazz o gypsy. Los veranos se va a París, a una concentración de los gitanos del jazz europeos y allí comparte escenario con los mejores del gypsy. David Marín, batería, toca también con Los Ajustadores y, de vez en cuando, se monta con una peña unos acústicos de versiones de Barricada y cosas así. Es un culo inquieto. Aprendió a tocar cuando era un crío, viendo cómo lo hacía su viejo, que fue batería en Tierra, un grupo de Gasteiz de los setenta. Este tío no le tiene miedo a nada, es capaz de hacer las cosas más extrañas sin perder el compás. Además, es una gozada ver cómo le mete a los tambores con todas sus ganas y casi siempre con una sonrisa en la boca.