Occidente apuesta de forma cada vez más abierta por la partición de Libia
El grupo de contacto creado por el Estado francés y Libia en el contexto de la crisis en el país norteafricano ha anunciado una serie de decisiones que certifican el empantanamiento del frente de guerra. Así, ha dado los primeros pasos para crear un fondo para financiar la economía en las zonas bajo control rebelde, cuyos líderes ya se están planteando la organización de comicios locales. Libia vuelve así a la partición a la que le condenó la colonización europea.
GARA | ROMA
El grupo de contacto sobre Libia, reunido ayer en Roma, decidió crear un «fondo especial» a fin de socorrer a los rebeldes libios, que EEUU ya ha prometido inaugurar con los haberes, congelados, del régimen de Muamar al-Gadafi.
El anfitrión de la cita, el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, concretó que se tratará de «un trust fund internacional (....) con garantías y transparente», que permitirá «la transferencia de fondos efectiva al Consejo Nacional de Transición (CNT)», el órgano político de la rebelión libia en Bengasi.
El responsable de Economía del CNT, Ali Tarhoni, había pedido líneas de crédito a EEUU, Estado francés e Italia para hacer frente al riesgo de colapso de las zonas de Libia en manos de la rebelión. «Con ese dinero podremos suministrar ayuda médica, víveres y mantener servicios básicos como las electricidad», señaló el portavoz rebelde, Mahmud Chamane.
El mecanismo financiero consistirá en utilizar los haberes libios en el extranjero congelados por la ONU y la UE como garantía para los créditos.
Según el diario «Sole 24 Ore», el fondo estará bajo supervisión y control de EEUU pero será gestionado por bancos italianos.
Los fondos del Estado libio bloqueados en EEUU ascienden a más de 30.000 millones de dólares, cifra similar a los congelados en la UE.
El régimen clepotocrático de Qatar, que copresidió la cumbre de Roma, propuso abiertamente financiar la rebelión ayudándola a explotar los recursos petroleros en las zonas bajo su control, preferentemente en el este del país (Cirenaica).
Empate técnico
La decisión de intentar apuntalar económicamente a las zonas rebeldes certifica que Occidente da prácticamente por hecha -quizás era el objetivo inicial de su operación militar- la partición de Libia. Más cuando la situación militar registra un empate técnico que no tiene visos de cambiar.
En ese contexto se sitúan las promesas de Frattini y de su homólogo francés, Alain Juppé, de que un alto el fuego con el actual status quo sería cuestión de pocas semanas.
Los propios rebeldes del CNT anunciaron ayer su disposición a organizar elecciones locales en las zonas bajo su control.
Mientras que la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, insistía en que «lo mejor que puede hacer Gadafi es cesar en su brutal violencia y abandonar el poder», los rebeldes buscaban en Roma nuevos reconocimientos internacionales.
El Estado español, Dinamarca y Holanda negaron el anuncio de que hayan decidido reconocer oficialmente al CNT como único representante del pueblo libio, lo que hasta la fecha sólo han hecho el Estado francés, Italia, Qatar y Gambia.
El régimen libio señaló que apelar, como hace Occidente, a la salida de Gadafi «no es ni moral, ni legal ni lógico» en un escenario previo a eventuales negociaciones.
El fotógrafo gijonés Manu Brabo cumplió ayer un mes en manos de la Policía libia, que le mantiene encerrado en una prisión militar en Trípoli acusado de haber entrado en el país sin visado para cubrir el conflicto armado contra los rebeldes.
Brabo, puntual colaborador de GARA y que envió a este diario varias crónicas y fotografías desde Bengasi para su publicación, pudo hablar por teléfono con sus padres el pasado 23 de abril para informarles de que se encontraba bien. Fue detenido junto con otros cuatro periodistas y reporteros gráficos por tropas de Gadafi cuando viajaban en un automóvil en los alrededores de la ciudad de Brega, al este del país. Su objetivo era intentar entrar en la sitiada ciudad de Misrata para informar sobre el drama de la población libia.
El padre del fotoperiodista, Manuel Varela, confirmó en declaraciones a la cadena española Ser que no hay ninguna novedad sobre el paradero de su hijo desde el pasado 25 de octubre Varela añadió que «quiere ser optimista» sobre el futuro a corto plazo y un posible desenlace feliz de la crisis. «En estas situaciones, lo que hay que hacer es armarse de paciencia, de cierta tranquilidad, aunque se tengan subidas y bajadas de ánimo. Hay que seguir esperando y, lógicamente, no perder la esperanza», concluyó. GARA