El ama de casa corriente que arma y desarma cada día su «Rompecabezas» familiar
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
La ópera prima de la argentina Natalia Smirnoff fue muy bien recibida en la Berlinale y en el Zinemaldia donostiarra. Antes de rodar este primer largometraje había sido ayudante de dirección de su compatriota Lucrecia Martel, pero la debutante demuestra además un especial talento para escribir guiones. Todo el planteamiento de «Rompecabezas» es muy original, utilizando la idea del puzzle como metáfora de la vida de un ama de casa de un humilde barrio bonaerense, porque cada nuevo día ha de recomponer las piezas del rompecabezas familiar.
La protagonista vive esclavizada por las tareas domésticas, hasta que le regalan el juego del título y descubre una nueva habilidad de la que no era consciente, comprobando que es muy buena para juntar las piezas desunidas de cualquier situación. Su existencia cambia cuando conoce a un jugador bien posicionado económicamente, que contará con ella para formar pareja en el campeonato mundial.