Hoy concluye en Donostia la 7ª Conferencia Internacional de Defensa Antimisiles. Con una retórica de camuflaje y sin apenas hacer ruido, los mercaderes internacionales de la industria armamentística han presentado sus novedades a felices inversores y voraces compradores. Aspectos como las amenazas de misiles balísticos, nuevas arquitecturas de defensa, actuales y emergentes tecnologías de sensores, interceptación y gestión de batalla, así como de política internacional y cooperación han sido abordados como anticipo del gran bazar que para la industria de la guerra se ha convertido este tiempo de conflictos. Donostia ha acogido a políticos y militares que ven en la actual situación una oportunidad, una señal de compraventa. Con un índex de la industria de armamento que sube como la espuma, los «mercaderes de la muerte» confraternizan en Donostia, convirtiendo las guerras actuales en beneficios netos y preparando las guerras futuras como nuevos viveros para los negocios.

Las autoridades de Donostia son muy dadas a etiquetas para el escaparate. «Ciudad de la paz y los derechos humanos», «capital de la cultura»..., pero han guardado un silencio revelador y obsceno. Dirán que el evento ha supuesto un estímulo económico. Pero lo que han demostrado es un ejercicio cínico e hipócrita del poder municipal, un comportamiento sin ética ni estética.